Cloud Atlas: La red invisible

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Una extraña conexión de tiempos

La película narra seis historias complejas, cada una de ellas con seis directores distintos y decenas de actores. Y se dio un filme que mezcla, presente, pasado y futuro, en una curiosa interrelación. Lo que resuena en una de ellas, misteriosamente, se conecta con la otra.

El asunto era complicado. Se necesitaba un guión lo suficientemente sencillo como para que las historias se entendieran y los personajes pudieran identificarse. Claro, la película estaba basada en una extensa novela del inglés David Mitchell, con seis historias complejas, y cada una de ellas con seis directores distintos y decenas de actores. Y se dio un filme que mezcla, presente, pasado y futuro, en una curiosa interrelación. Lo que resuena en una de ellas, misteriosamente, se conecta con la otra.
Desfile de historias, donde un periodista resuelve problemas, que atañen al universo; víctimas orientales que se convierten en gurúes, escritores en problemas que buscan refugio en geriátricos; creadores musicales en peligro ante veteranos exitosos, mientras la vida y la muerte parecen entrelazarse sin tiempo ni geografía, en mundos paralelos.

UNO Y TODOS
También hay actores transformados en mujeres, actrices convertidas en distintos personajes, siglos que se suceden y geografías multiplicadas.
Estos hermanos Wachkowsky -Andy y Lana- y el bueno de Tom Tykwer, sus directores, logran ambientar exquisitamente las historias, recrear sus propios lenguajes y generar atmósferas.
Ni la ciencia ficción, ni la novela de aventuras, o el drama romántico los asustan. Todo lo exhiben con elegancia y audacia. Eso sí, hay un sabor a Alfonso Cuarón y sus devotos del filme "21 gramos". Y la teoría ancestral retomada por nuestro Borges, un hombre es todos los hombres, lo que le pasa a uno le pasa a todos.
Resultado desparejo con episodios sobresalientes como el ambientado en
Corea, o el del escritor en problemas, excelentes actuaciones de Jim Broadbent, Doo-Na y Ben Winshaw, junto a los muy conocidos Tom Hanks y Halle Berry.
Coloso de ciento sesenta y ocho minutos que entretiene y a veces desconcierta.