Un drama visceral que conmueve por su autenticidad
Joaquin Phoenix y Woody Norman son un tío y su sobrino en la bellísima C'mon C'mon, nuevo trabajo de Mike Millis que ahonda en las relaciones entre adultos y niños.
Después de filmar Beginners: así se siente el amor (2010) -película inspirada en su padre- y 20th Century Women (2016) -película inspirada en su madre- Mike Millis crea otra joya fílmica, esta vez más cerca a su experiencia de vida. En C'mon C'mon explora las relaciones entre los adultos y los niños, el pasado y el futuro, de forma conmovedora y con una búsqueda estética de belleza intachable.
Johnny (Joaquin Phoenix) y su joven sobrino (Woody Norman) forjan una relación frágil pero transformadora cuando se ven obligados a estar juntos de manera imprevista, porque la madre del niño debe atender los trastornos nerviosos de su pareja. De pronto, la vida de Johnny -un periodista inmerso en una investigación de campo sobre cómo los niños ven el mundo- cambia por la responsabilidad que le fue asignada.
El director propone un viaje de aprendizaje mutuo entre las charlas, los viajes, los desencuentros, las risas y las torpezas que transita el vínculo, ahondando en la riqueza y las capas de complejidad que atraviesan las vidas del tío y el sobrino. Son personajes frágiles, perspicaces y con frustraciones. En este último rasgo brilla Joaquin Phoenix, que deja el registro de 'locura total' del Joker para encarnar un personaje deliciosamente sensible, lleno de humanismo.
Si las películas anteriores de Millis se inspiraron en sus progenitores, C'mon C'mon funciona como una metáfora para hablar de la relación que tiene con sus hijos. Es una película sencilla que conecta generaciones en una experiencia visual emocionalmente impactante. A su vez, la decisión de que esté rodada en blanco y negro refuerza el compromiso del autor con lograr una producción de máxima autenticidad. Una gema preciosa de las que no abundan con regularidad en la cartelera de estrenos diaria.