Tras las melodramáticas Contra la pared y Al otro lado, Akin decidió dar el salto al cine “feel good” con la efervescente e inofensiva Soul Kitchen, una fábula urbana, mestiza y gastronómica llena de personajes pintorescos, humor grueso y atmósferas super-cool. En realidad, el director alemán de origen turco utiliza la vieja historia del buen hombre arrastrado por el hermano descarriado para construir un cuento de hadas que remite al cine temperamental y efectista de Guy Ritchie, aunque el referente principal es Danny Boyle. Ganó el Premio Especial del Jurado en Venecia 2009.