Fatih Akin ahora se mete en la cocina
Hace algunos BAFICI, algunos cuántos para ser más exacto, en la proyección de "Im Juli" quedé cautivado por la manera de narrar de Fatih Akin, quien demostraba en ese film, poder mezclar extraña pero virtuosamente, una extraña mezcla de road movie, comedia romántica y cine social.
Luego, y en función a sus estrenos comerciales, pudimos apreciar su narrativa, ya más sumergida en el drama y el compromiso testimonial de lo que sucede en Europa en estos días, sobre todo en lo que tiene que ver con conflictos sociales provenientes de las olas inmigratorias. Asi nos ha brindado dos joyas como fueron "Contra la Pared" y "Al otro lado" donde el público de Buenos Aires conoció y degustó su obra.
Es justamente por el éxito de crítica y de público que tuvieron sus dos obras anteriores, que no se entiende porqué el estreno comercial de "Soul Kitchen" es posible solamente limitada a copias en DVD. Akin vuelve, pero ahora demostrando su enorme versatilidad para moverse de género en género y regresar con una muy buena comedia. Esto no quiere decir que abandone sus temas y obsesiones dentro de su cine, todo por el contrario, aparecen, pero con un tono completamente diferente de sus películas anteriores, y quizás radique ahí justamente el punto más interesante de este estreno.
Con ritmo de comedia, sin dejar de lado los conflictos familiares, amores contrariados y discriminaciones étnicas, Akin nos presenta algunas historias que terminan confluyendo en el restaurant que Zinos (Adam Bousdoukos) maneja en Hamburgo. Nuestro protagonista conflictuado por el viaje de su novia a Shangai, la necesidad de sacar adelante su restaurant con un nuevo chef (que ha reclutado mientras lo ve renunciar en un restaurant top donde se desarrolla una cena familiar) y la libertad condicional de su hermano que requiere de una inserción laboral urgente. Todo esto adicionado con el encuentro casual con un compañero de secundaria, ahora devenido en broker de bienes raices, que hará todo lo imposible para comprarle el predio donde funciona su restaurant (la "Soul Kitchen" del título) y hacer un brillante negocio inmobiliario, situación a la que Zinos se resiste por más que el agente inmobiliario le juegue muy sucio.
Con todas estas líneas argumentales, Fatih Akin arma una comedia gastronómica muy entretenida, con mucho ritmo y una banda de sonido que es un adicional para los amantes de la buena música. Sabe darle espacio a algunas lineas argumentales más dramáticas sin caer con esto en ningún tipo de solemnidad ni abandonar el entretenimiento que propone la película. Es por eso que quizás, haya que contemplar algunos rasgos de sus personajes que se ajustan más al ritmo de la comedia que al fresco tan realista con el que imprimió a los personajes de sus obras anteriores.
Lo acompaña en su tarea un elenco sin fisuras, los dos hermanos a cargo del ya nombrado Bousdoukos y de la estrella del cine alemán Moritz Bleibtreu (a quien vimos en "Munich" "El Experimento" pero será siempre recordado como el novio de "Corre, Lola, corre") y Birol Ünel (asiduo colaborador de Akin quien ha trabajado también en "Im Juli" y en "Contra la pared") como el chef recién llegado con su objetivo personal de darle un toque gourmet al restaurant de Ziros, por más que los clientes lo rechacen en un primer momento.
Sencillamente liviana respecto de la otra filmografía del director, pero igualmente sólida en el manejo de las diferentes puntas narrativas de la historia y de la fluida manera de contar que maneja Akin a la perfección para cualquiera de los géneros que se proponga, "Cocina del Alma" fue ganadora del Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia de 2009 y se constituye como un excelente exponente del cine alemán actual, pocas veces disfrutable y difundido en Buenos Aires, más allá de alguna semana especial donde se muestran las últimas realizaciones.
Sería bueno que entre tantas peliculas con tanto aparato de propaganda y publicidad, al que le gusta el buen cine, logre rescatar esta perlita de un director notable, sumamente entretenida y con un relato eficaz sostenido por un elenco de primer nivel y con el enorme plus de una heterogénea banda de sonido que nos pasea por el mejor blues, jazz, música electrónica, funk y reggae en donde brillan entre otros: Quincy Jones, Curtis Mayfield, Louis Armstrong o Kool and the Gang.