Coco

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Es la primera vez que la poderosa Pixar dedica un film a la cultura mexicana, en especial a las creencias del reino de los muertos, pero también es una mirada a las tradiciones familiares más afirmadas. Recibida con un éxito impresionante en México, con las de Gael García Bernal y Marco Antonio Solís. Y ganadora al mejor film de animación de los Golden Globe. Es la historia de un niño de 12 años que decide averiguar porque en su familia no se permite la música, que quiere huir de su destino familiar de zapatero y que sin temor se filtra en esa tierra desconocida del mas allá. Para la cultura mexicana se muere varias veces, cuando deja de latir el corazón y la última y más dolorosa cuando los “vivos” se olvidan de sus antepasados y ellos dejan de existir en ese reino paralelo que Pixar presenta como un parque de diversiones gigante y colorido. El resultado de todo un equipo comandado por su director Lee Unkrich y su co-director (mexicano) Adrián Molina, que investigó por años en distintas regiones del país y sus tradiciones sobre ese “reino”. Lo cierto es que el muchachito desentraña toda una trama policial que implica derribar a un falso ídolo, descubrir un fraude y un asesinato en una verdadera hoguera de vanidades. Pero además atreverse a llevar adelante su vocación contra las férreas reglas familiares. Algunos momentos son un tanto siniestros, no aptos para los más chiquitos. Pero el resultado general es una fiesta colorida, con aventuras, entretenimiento y muchos exotismo.