Coco es hermosa. No hay otra palabra para describirla mejor que hermosa.
Y juro que no le tenía fe a Pixar metiéndose en una historia mexicana, pero realmente logró muchas un par de cosas en mi, primero entender el día de los muertos, segundo que me pase a parecer simpático ese festejo mexicano.
Pude verla en 3D y en el arranque ya muestra la riqueza de texturas que logró Pixar y el uso de las profundidades de los objetos de una manera perfecta. Ya podríamos no sorprendernos por estas mejoras contantes, pero creo que lo de Coco no hay que dejar de mencionarlo porque el trabajo hecho es hermoso (en un todo)
Tampoco soy fan de la música folclórica mexicana, pero acá no queda otra que mover la patita.
El humor de la película es muy simpático. Incluso logra hablar de la muerte de una manera que los chicos en la sala prestan atención y luego, como fue en mi caso, se puede hablar de ello sin problemas ni miedos ni sustos, porque la película no cae en esas cosas para nada. Todo pasa por el recuerdo y ese es uno de los mensajes que brinda.
Pero es inevitable que también la película te de tres trompadas que te van a sacudir por más que estés preparado para recibirlas. Y esos tres golpes es lo que hacen cuadrar de manera contundente a toda la historia.
Coco es sin lugar a dudas para mi una de las películas más lindas, emotivas y perfectas que ha brindado Pixar en su historia.