PIXAR A REGLAMENTO
Las películas de Pixar revolucionaron la historia de la animación a nivel mundial. Un puñado de obras maestras y varias películas efectivas lograron cambiarle la cara al género. Coco llega tarde a todo, lamentablemente. Llega tarde a las ya muy previsibles vueltas de tuerca del estudio, llega tarde a mostrar el mundo de los muertos y llega también tarde a reivindicar a la cultura mexicana de cara a Estados Unidos. Pero no importa, porque cuando se tiene una maquinaria tan poderosa y un público cautivo tan grande, todo pasa a segundo plano y Coco podrá pasar con una novedad, cuando en realidad es un refrito entretenido y con muchos colores.
Un poco ofende que una obra maestra absoluta como El libro de la vida haya quedado algo relegada mientras otra que tanto le saca termine quedándose con tanto crédito. Tampoco Coco se priva de robar todo lo que puede de El cadáver de la novia, de Tim Burton. Pero imaginemos, no es tan complicado, un público que no ha visto ninguna de esas dos películas y pensemos en que solo existe Coco. Pasemos por alto también la mencionada vuelta de tuerca que Pixar ha cultivado en por lo menos dos films anteriores y que aquí es prácticamente igual. Haciendo estos dos ejercicios nos queda un film divertida, visualmente impactante, con poca originalidad a la hora de producir risas y emociones. También queda una idea demasiado tradicional de entender la animación, colocando a Pixar lejos de la vanguardia del género. Pixar supo ser novedad, ahora es lo establecido. Ah, sí, hay docenas de referencias cinematográficas. ¡Qué gracioso, citan otras películas! Estamos en el siglo XXI, citar y hacer referencias a otras películas puede ser entretenido y un juego, pero ya no le suma a una película. Pixar podrá tener un reinado comercial, pero a nivel artístico claramente se ha estancado.