"Cocote" es una película histórica para la filmografía centroamericana. Fue la primera cinta dominicana presentada en la historia del prestigioso festival de Locarno y también tuvo participación en Toronto, Hamburgo, San Sebastián, Lisboa y Mar del Plata.
Se presenta en exclusiva, desde esta semana en dos salas, el Gaumont (a las 17:30 diariamente) y en la Sala Lugones (21:30). Una auténtica sorpresa para el cinéfilo degustador de ofertas fuera de lo común. Mucho se ha escrito sobre "Cocote" y yo debo confesar que cuando llegué a sala, tenía muchas referencias previas sobre lo que iba a presenciar.
Quizás más de las adecuadas. Auspiciosas, en su mayoría. Y lo que sentí, a medida que se iba desarrollando la historia, era que la forma en que Nelson Carlos de los Santos (el director) construye el relato, ofrece un guión no tan pulido, pero de base popular, antropológica y potente.
Podremos discutir mucho sobre si las secuencias de rezos y ritos paganos que plagan el film son o no necesarias. Y también si la perspectiva de la fotografía es la adecuada para lo que se intenta transmitir.
Eso, sin incluir que quizás ésta sea una película donde el nivel actoral tampoco sea descollante. Sin embargo, cuando tenés la predisposición de sumergirte en ese universo rural y misterioso, en esa relación estrecha entre vida y muerte, mediada por lo religioso, todo se ve desde otro lugar.
Esta es la historia de Alberto (Vicente Santos), un jardinero tranquilo, evangélico, que trabaja en una mansión de gente acomodada. Tiene una vida rutinaria y confortable en el lugar donde está. Cierto día le avisan que su padre ha muerto y que debe regresar a presentar sus respetos a su pueblo natal.
La cuestión es que su papá, no murió de muerte natural. Fue asesinado por un personaje singular del lugar, al que se le debía dinero. Cuando Alberto regresa a sus pagos, la familia tomará cartas en el asunto e impulsará un operativo "clamor" para que él se vengue del asesino de su padre.
Pero Alberto, es otro hombre ahora. Además de sus principios religiosos, realmente su vida es otra y no tiene mucho que ver con el mundo donde giran sus vínculos familiares. Y encima para complicar más las cosas, él no tenía una relación de cercanía emocional con su padre. Pero el debate moral es fuerte y se instala. Y además, se suma lo religioso.
La familia organizará un evento para recordarlo y es entonces que la cinta transitará por ese homenaje a su papá durante varias jornadas, en las cuales, las oraciones serán centrales en esa función.
"Cocote" integra varias líneas de acción para el espectador. Propone debatir la cultura de la zona, sus valores y creencias religiosas. Ofrece un material genuino y crudo para mirar un universo particular.
Impulsa un mix extraño donde por momentos el público parece estar en presencia de un registro cuasi documental, con mucho tiempo de contemplación y una estructura que coquetea con lo real todo el tiempo. Eso puede jugarle en contra al público más "mainstream" en el visionado.
En resumen, "Cocote" es una propuesta directa, intensa y original.
Su formato quizás ostenta poco equilibrio. Sin demasiadas luces en las líneas que cada personaje trae (aunque con mucho humor, extraño y a la vez muy eficiente), pero con el poder narrativo suficiente para generar revuelo. Santos Arias plantea una realización destacada para su geografía y celebramos el hecho de que pueda conocerse en Buenos Aires, (Argentina la coprodujo) donde el egresado de la FUC comparte su segundo trabajo (el primer largo fue un documental) con colegas y espectadores en el ámbito donde cursó sus estudios.