"El rey ha vuelto"
Cuesta entender por qué Jack Ryan, el mítico personaje creado por el recientemente fallecido Tom Clancy, nunca logró ocupar en la pantalla grande una posición de jerarquía igual o semejante a la que tiene dentro del mundo de la literatura.
Es decir: Estamos hablando del Superman de los agentes especiales, o sea, el personaje más emblemático e importante dentro de su género, el cual por cierto, sigue siendo hasta la fecha uno de los más populares dentro del universo de la lectura, con una galería de protagonistas que se hace cada vez más amplia.
Puesto en perspectivas, Jack Ryan es protagonista de 15 novelas escritas por Clancy, mientras que James Bond cobró vida en las páginas de 12 obras escritas por Ian Fleming.
Pese a todo, Bond es una eminencia dentro de la pantalla grande con más de 25 películas (muchas de ellas, realizadas con libertades artísticas respecto a la obra de Fleming) y un éxito arrasador que lo convirtió en un personaje mucho más reconocido a nivel mundial por los fanáticos del género que el mismísimo Ryan.
Incluso Jason Bourne (personaje creado por Robert Ludlum) con su desembarco en el cine de la mano de Doug Lima, Paul Greengrass y Tony Gilroy a través de 4 películas (tres de ellas interpretadas por Matt Damon y el spin-off por Jeremy Renner) logró un éxito mucho más importante que el de Jack Ryan en la pantalla grande.
Lo paradójico es que si no fuera por la llegada de Bourne al cine, James Bond no estaría hoy en la “etapa dorada” en la que muchos lo posicionan y Jack Ryan no se hubiera visto obligado a regresar a la pantalla grande de forma urgente y necesaria para reclamar memoria y respeto hacia su figura.
De eso se trata “Código sombra: Jack Ryan” de Kenneth Branagh: Un renacimiento más que aceptable del personaje nacido en las novelas, desaprovechado en la pantalla grande y olvidado por los fanáticos del genero dentro de ambos universos.
Branagh no descubrió el fuego en esta nueva adaptación del personaje, ya que pese a estar en por primera vez en un contexto íntegramente nuevo (no estamos frente a una adaptación de ninguna novela de Clancy), su película recupera la esencia del personaje y construye unos cimientos bastantes sólidos con miras a una potencial saga a futuro.
Interpretada por un correcto Chris Pine, “Código sombra” se aleja de aquellas etapas de la vida de Jack Ryan que vimos reflejadas en las producciones de Alec Baldwin, Harrison Ford y Ben Affleck para ofrecer un origen más actualizado y realista.
Ahí radica el principal acierto del film y es que durante sus primeras dos partes somos testigos de un afinado y dinámico relato que, a través de pequeñas dosis de suspenso, nos introduce correctamente en el mundo de los agentes especiales.
El entretenimiento serio y discreto que plantea su guión y las buenas actuaciones de Keira Knightley, el mismísimo Branagh y Kevin Costner, convierten a “Código sombra” en un gran regreso de Jack Ryan al cine luego de años de ostracismo.
No obstante, durante su último tramo, esta producción pierde su tono cuidado y humilde de interesante thriller de conspiraciones con efectos internacionales para adquirir elementos más dignos de una película de acción en donde lo evidente, lo grandilocuente y lo exagerado irrumpen por completo.
Si bien esto no arruina el resultado final, queda en evidencia la necesidad cinematográfica que se le impone a un personaje como Jack Ryan (un agente de oficina que no está familiarizado en el campo de acción) der ser más parecido a aquellos personajes que en los últimos años hicieron borrosa su imagen dentro del séptimo arte.
Esperemos que el tiempo le permita, no solo corregir estos errores, sino recuperar terreno dentro de un podio en el que Jack Ryan ha vuelto a subirse después de muchos años de estar fuera de las pistas.