Sacá el monstruo que hay en vos.
A Vigalondo le alcanzó con su ópera prima Los Cronocrímenes para ubicarse dentro de un selecto grupo de directores provenientes del país ibérico que llegaron para renovar la fructífera cuota de cine de género proveniente de ese país.
Sus siguientes dos propuestas, Extraterrestre y Open Windows, lo confirmaron como creador con talento, aunque ninguna alcanzó la excelencia de su primera obra.
En un pantallazo, Colossal parecía ser el gran salto a las grandes ligas. Si bien no había una gran banca marketinera detrás, el contar con dos estrellas convocantes en sus protagónicos, y la aparición de monstruos y robots que atacan a toda una ciudad hacía suponer un gran despliegue para la baba de sus seguidores que lo verían dar el siguiente paso; de hecho, es su primer film en estrenarse en salas en nuestro país.
La realidad, si bien no decepcionante, dista bastante de eso.
Colossal es una comedia hecha y derecha, no tanto para las carcajadas como para la sonrisa. No es Godzilla, Cloverfield: Monstruo, King Kong: La Isla Calavera, ni menos Pacific Rim. Sí, hay un planteo cercano a ese subgénero popular en Japón conocido como Kaiju (básicamente monstruos gigantes que surgen de algún lado y tienen como fin aplastar maquetas o CGI de torres y edificios mientras la gente corre y muere pisoteada); pero el contexto es otro, y se hace sentir desde los primeros minutos luego de una secuencia previa realmente muy prometedora.
Un monstruo incontrolable:
Gloria (Anne Hathaway) es un desastre y su vida en Nueva York junto a su pareja perdió el control. Alcohólica, se trasnocha, solo quiere dormir todo el día, y su novio ya le perdió el rumbo; por eso, la echa del departamento.
Sin lugar a dónde ir, y desorientada en su destino, Gloria regresa a su pueblo natal. Allí, entre otras cosas, visitará el bar (por supuesto), y se reencontrará con Oscar (Jason Sudeikis), un amigo de la infancia con el que parece haber quedado alguna cuenta pendiente.
¿Estamos en un film producido/dirigido/guionado por Judd Apatow o John Carney? Casi, porque cuando Gloria visita una pequeña plaza en el pueblo, suceden cosas extrañas.
Las noticias informan de un monstruo gigante de apariencia extraterrestre que aparece de la nada y aterroriza con su presencia y andar a la ciudad de Seúl en Corea del Sur. ¿Qué tiene que ver esto con lo que vimos antes –salvo la secuencia previa–? Todo indica que Gloria y el monstruo están conectados, que el monstruo imita el andar torpe de Gloria por esa plazoleta, o eso le parece a ella. ¿Cómo convence ahora al resto de los habitués de ese bar?
Una comedia con corazón indie:
Eso es Colossal, una comedia de tono cuasi indie, con personajes con carnadura (aunque ya hemos visto similares en casi todas las películas de ese estilo, outsiders cancheros que arruinaron su vida de fracaso en fracaso, probablemente de botella en botella, y que buscarán una redención volviendo a sus orígenes para encarrilarse). Sí, también hay monstruos grandes y gente huyendo despavorida por las calles de Seúl… aunque muchas veces (¿la mayoría?) lo vemos a través de una pantalla de televisión.
En la versión de Godzilla de 2014 también asistíamos a una propuesta en la que nos hablaban más de los personajes que de la “acción monstruosa”, pero esa vez se optaba por un melodrama cursi en la que, de alguna forma inentendible, el lagarto estaba encarnizado con ver morir a cada miembro de una familia generación tras generación como si fuese Tiburón 4: La Venganza mientras todas las escenas de ataque se perdían en el montaje, entre lluvia y neblina, o en pantallas al fondo del cuadro.
Por suerte, Vigalondo aquí crea una total empatía con los personajes. Y el tono, claro, es mucho más relajado, por lo que nuestro interés se mantiene permanentemente atento. En pocas palabras, la comedia funciona y hace que las escenas de monstruos funcionen también… aunque quizás no como nos esperábamos.
Anne Hathaway se prueba en un tipo de personaje algo diferente, no tan perfecta y alineada, y cumple. Demuestra que tiene mucha soltura en la comedia sea el rol que sea. Jason Sudeikis se ve algo desdibujado ante el protagónico de Hathaway, si bien tiene momentos en los que se gana nuestra simpatía con un personaje que no sabemos si amar u odiar. Entre ambos hay un juego de química/anti-química que potencia esta historia en esencia simple.
Los rubros técnicos disimulan muy bien un presupuesto que no es ni de los más abultados ni le llega cerca a un tanque hollywoodense. Se elige qué mostrar y cómo, casi como una propuesta artesanal con CGI aceptable. El montaje es dinámico y le agrega un ritmo para nada vertiginoso, llevadero.
Conclusión:
Colossal es la propuesta más estereotipada y genérica de un director al que le pusimos todas las fichas para calentar la escena del suspenso y la ciencia-ficción. Una comedia amable, entretenida, con un buen dúo protagónico y secundarios que acompañan bien. Hay algún bache en la mitad que no termina por arruinar la propuesta y se erige para un final en el que sí, con algunos reparos se nos entregará lo prometido. ¿Alcanza? Sí ¿Esperábamos más? Sí.