“Película para adolescentes descerebrados”, diría mi amigo, colega y compañero Hugo Zapata, porque para los que disfrutaron de la serie original y hace un par de años descubrieron esta muy libre adaptación en clave cómica tuvieron dos opciones: odiarla o dejarse llevar y divertirse.
Los del primer grupo van a odiar esta secuela y en tanto los del segundo se van a divertir aún más.
Yo me encuentro en el grupo dos dado a que no tengo ningún tipo de apego con la serie protagonizada por Johnny Depp pero tampoco voy a exagerar diciendo que la película es fantástica como muchos están diciendo.
Es superior a la primera porque tiene secuencias más graciosas y porque dejaron de lado las pocas solemnidades que hubo (muy al pedo porque desconcertaban) para centrarse en una casi sátira.
Lo que me pareció genial de este estreno es la burla en sí misma hacia la película y el género por parte de los realizadores, criticarse por hacer una segunda parte y las posibles futuras continuaciones.
Asimismo, no hay verosimilitud argumental alguna. Todo es un delirio y Channing Tatum y Jonah Hill juegan muy bien desde esos lugares.
En esta oportunidad llevaron sus personajes un paso más adelantes dentro de un muy buen recurso de doble sentido en donde la relación homo/heterosexual es la que da lugar para que se desprenden grandes momentos.
Los directores Phil Lord y Christopher Miller aprovecharon más recursos y presupuesto (incluso se burlan de eso) para secuencias de acción más elaboradas, pero que quedan en un segunda plano total y que no infieren para nada.
Comando especial 2 es para apagar el cerebro un rato y reírse de lo más ridículo que Hollywood puede brindar aún en los créditos finales, donde te morís de risa y se justifica la entrada totalmente.