Comando especial 2

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La eterna adolescencia

Quedan claras varias cosas con la secuela de este suerte de remake de la serie original, que tras 25 años de vida solamente se recuerda por haber sido el trampolín del actor Johnny Depp, sin ningún otro atributo en relación a su contenido. La primera clave para acceder a los códigos de la saga protagonizada por el todo terreno Jonah Hill junto a Channing Tatum, en los roles de Schmidt y Jenko, es que sin ellos no hay manera de sostener el operativo de traslación cinematográfica de la serie juvenil ochentosa. La química entre ambos consigue aderezar los chistes con mejores remates que los que provienen del guión y eso se nota a la legua cuando la idea de la rienda suelta se hace evidente en una trama lineal, aburrida y que no es otra cosa que un pretexto para justificar el porqué de esta insistencia en una segunda entrega.

Sin embargo, los esfuerzos de Hill no son suficientes y nunca sus intervenciones cómicas por más desopilantes que sean consiguen carcajadas sin la buena predisposición del público. Es que el humor adolescente de Comando especial 2, que abraza ciertos códigos revulsivos de la Nueva Comedia Americana ya no sorprende a nadie y demuestra que, sin complicidad, carece de valor en sí mismo. No ocurre lo mismo con la parodia o la auto parodia cuando los mecanismos del humor buscan atajos más inteligentes que la exageración de las imposturas culturales.

Toda película de universidad convoca desde su estructura narrativa núcleos temáticos similares: galería de profesores excéntricos, fraternidades masculinas con alto grado de estrógenos y un puñado de freaks o personajes secundarios para salvar a los guionistas. En ese ámbito de previsibilidad se inserta esta investigación policial para descubrir al proveedor de una droga de diseño que circula por los claustros académicos y que se relaciona con la dudosa muerte de una universitaria.

Allí, en calidad de alumnos universitarios, arribarán los policías Schmidt y Jenko, con una tapadera que más de un estudiante puede llegar a descubrir mientras el humor y el chiste poco elaborado marca el ritmo de la poca acción de un film pasatista y apenas agradable para quienes gusten sobre todo de estos actores.