Comando especial 2

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Loco x el Cine

Mucho más que una bromovie

Si Mel Gibson y Danny Glover acuñaron en las últimas generaciones el término buddy movies a las películas policiales que mezclan humor, sobre parejas desparejas que están al límite de la ley, Seth Rogen y compañía (dígase James Franco y/o Jonah Hill y/o Danny McBride y/o Jay Baruchel y/o Paul Rudd y/o Jason Segel) nos trajeron un nuevo término cinematográfico sobre relaciones de amigos/colegas llamado bro movies. O sea, amistades que traspasan el vínculo simplemente amistoso, para ser un vínculo casi sanguineo, casi de hermanos, casi un matrimonio entre hombres que insinúan tener una carga homosexual, aunque están en el límite con la homofobia.

Si algo le faltaba a las bro movies, cuyo mejor ejemplo son los films escritos por la dupla Rogen/Goldenberg – Este es el Fin y Pineapple Express – era mezclarse con las buddy movies policiales de los 80 a lo Arma Mortal – donde el vínculo entre Riggs y Murtaugh llega a parecerse a una bromovie si se tiene en cuenta la épica escena de Arma Mortal 2, dentro del baño del segundo – y ahí es donde el comediante Jonah Hill, y el galancito Channing Tatum, unen fuerzas a la hora de llevar a la pantalla grande, la famosa serie Comando Especial (o Comando Juvenil o 21th Jump Street).

Aunque la serie tenía momentos humorísticos, se trataba de un programa serio, de acción, típico de la factoría Cannell, que trataba de empatizar con la juventud tocando temas como las drogas en las secundarias, a través de jóvenes y atractivos policías, liderados por un desconocido Johnny Depp (que después fue reemplazado por Richard Grieco).

Si bien ahora tiene el rótulo de serie de culto, en su momento no tuvo tanta relevancia ni fue de las mejores series creadas por Cannell.

Con la primera parte de la adaptación cinematográfica, Chris Miller & Phil Lord – dupla proveniente de la animación, con interesantes productos como la primer Lluvia de Hamburguesas y La Gran Aventura Lego – consiguieron introducir la nueva comedia americana en el terreno de acción con buenas ideas, un notable guión y sobretodo buenos gags. La impensada pareja que conforman Hill/Tatum funciona perfectamente por el contraste físico y dotes interpretativos de ambos, y nunca se perdía en cuenta que se trataba de una buddy movie, una comedia americana y un policial noventoso.

La secuela dobla la apuesta aprovechando el éxito de la primer parte, y es completamente autoconsciente de ello. De hecho, el jefe (Nick Offerman) de Schmidt (Hill) y Jenko (Tatum), lo aclara en una de las primeras escenas: “debido al éxito de la primera misión, y teniendo en cuenta que segundas misiones nunca fueron buenas, decidimos darles la misma misión con más presupuesto”. Podríamos decir que es una reproducción de cómo es una reunión entre las cabezas de los estudios y los productores del film. Para rematarla, Jenko pregunta: “¿Por qué no podemos ir mejor a la Casablanca y trabajar para el Servicio Secreto?”. Clara alusión a El Ataque, film que Tatum filmó el año pasado con Roland Emmerich.

Y así se van sucediendo escenas donde la complicidad de la audiencia es fundamental para entender ciertos chistes: “Mira la oficina del jefe (Ice Cube), parece un Cubo de Hielo”.

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Sin embargo, tras este comienzo que va más en la línea de La Pistola Desnuda, los realizadores nos meten en la misión per sé… que sí, exactamente igual a la de la primera películas y que desnuda, que la verdadera intención de esta secuela no es explorar con humor una obvia trama policial, sino los vínculos entre Jenko y Schmidt. En la primer escena, previa a los títulos, un profesor universitario dice: “En todas las parejas se encuentra el jing y el jang, y siempre una representa el costado más femenino”. Esta línea se reproduce durante la trama, mostrando a ambos policías como una pareja en crisis, con diferentes objetivos en la vida, y otras parejas en mente – otro bro en el caso de Jenko, una sensual estudiante de arte en el caso de Schmidt – pero sin embargo, no hay dudas que Jenko y Schmidt funcionan como una pareja perfecta, justamente porque logran complementarse y ayudarse mutuamente.

Pero si bien esto, es el conflicto central del film y no se disimula, Miller y Lord, también aprovechan la oportunidad para satirizar todas las películas referidas a fraternidades, universidades y fiestas de la juventud, convirtiéndola en una suerte de coming to age tardía. A nivel de adrenalina, el film se reserva secuencias de acción que nada tienen que envidiar – y de alguna forma dialogan – con los films de Michael Bay. Hay un claro homenaje a la persecuciones policiales de las películas de Mack Sennett y un desfile de cameos, especialmente en la secuencia de títulos final, que no vale la pena perderse por su creatividad, crítica a las franquicias modernas, y originalidad.

Más allá de que se trata de una comedia, que no tiene otro fin que el de entretener y hacer pasar un buen momento a los seguidores de la nueva comedia estadounidense, Comando Especial 2, brilla por su coherencia narrativa. Ningún cameo y ninguna línea de diálogo suena caprichosa. Todos los temas redundan sobre el conflicto central del film, y esto demuestra ingenio e inteligencia, más allá del humor, comparable al que Nicholas Stoller y James Bobin, tienen a la hora de crear películas de Los Muppets.

Quizás sea un lugar común, pero Comando Especial 2 es una de las comedias del año, porque tiene ideas, frescura y una pareja protagónica, que no solo se ha afianzado artísticamente en los últimos años – tanto Hill y Tatum han sorprendido como intérpretes sólidos y versátiles – sino que ya tienen una química natural, dentro y fuera de la pantalla.

Riggs y Murtaugh ya forman parte del pasado. Jenko y Schmidt son el futuro.