Quizás recuerden aquella serie donde un debutante Johnny Depp era un policía encubierto en una escuela secundaria. A la imbecilidad de esa premisa (el propio Depp siempre se arrepintió de aquello) se la compensa en esta versión cinematográfica transformando la represiva serie de la era Reagan en su parodia. El resultado es bueno, con excelente trabajo del siempre eficaz Jonah Hill, pero con algunos gags “a reglamento” que denotan cierta falta de imaginación a la hora de resolver la premisa. De todos modos, un film nada despreciable.