"Eat Pray Love" cuenta con todos los ingredientes necesarios para convertirse en una atractiva propuesta cinematográfica:
-Está basada en el exitosísimo libro del mismo nombre de la autora Elizabeth Gilbert.
-Protagonizada por Julia Roberts, una de las actrices más famosas y carismáticas, quien últimamente elige filmar sólo una película por año.
-Cuenta con un elenco secundario envidiable, entre ellos, Javier Bardem, Richard Jenkins y Billy Crudup.
-Fue filmada en hermosos lugares como Italia, India y Bali.
-Fue escrita/dirigida por Ryan Murphy, un realizador que si bien ha tenido un debut fallido en el cine con "Running with Scissors", ha sido el creador de las reconocidas series de TV "Nip/Tuck" y "Glee".
Sin embargo, el resultado final decepciona, presentando una película superficial y vacía que aburrirá principalmente a los hombres.
Acomodado en uno de esos mullidos sillones de la sala premium (la cual recomiendo), hice esfuerzo para no cerrar los ojos en algún pasaje del film.
Y esto viene de alguien que ha disfrutado anteriores estrenos "para mujeres" como "The Devil wears Prada", "Mamma Mia!", "Julie & Julia", "Sex & the City" y "Sex & the City 2". No, perdón, esa última No.
Aquí hay que armarse de mucha paciencia para seguir a esta mujer durante laaaaaaaargos 133 minutos en su viaje por el mundo, buscando "descubrirse a sí misma" o "descubrir el sentido de la vida".
En cada uno de los tres lugares que visita, cumple uno de los pasos que indica el título, haciendo que la historia resulte previsible y sin emoción alguna. En Italia, come. En India, reza. En Bali, se enamora.
Además de descubrir costumbres y estereotipos de cada lugar (¿los italianos sólo comen y se enojan?), ella va conociendo distintas personas que supuestamente la ayudan a "descubrirse".
Los personajes secundarios, ya sean ex-parejas o nuevas amistades, entran y salen de la historia sin un buen desarrollo, dependiendo sólo de las actuaciones para lograr algún momento recordable.
Richard Jenkins, con su personaje en India, y Javier Bardem, con el suyo en Bali, ofrecen los pocos fragmentos destacados del film.
Ni siquiera ayuda la belleza y frescura de Julia Roberts, quien se muestra forzada con su abanico de emociones. Escucharla decir frases melodramáticas espantosas como... "No necesito amarte para demostrar que me amo a mí misma", me causa gracia.
La excelente fotografía (aprovechando los hermosos paisajes de los sitios visitados) sumada a la buena banda de sonido, disimulan el flojo relato.
Al final, luego de saltar de un capítulo de viaje al otro sin continuidad, me queda la duda si realmente le sirvió para algo.
Imagino que el libro debe ser mejor. Habiendo vendido millones de ejemplares, asumo que algo bueno debe tener.