Cuando crecer ayuda
Dreamworks vuelve al ataque con una de sus más grandes producciones, Cómo entrenar a tu dragón 2 (How to train your dragon 2, 2014), después de exprimir éxitos previos como Shrek (2001-2010) o Madagascar (2005-2012), parece que Cómo entrenar a tu dragón será la nueva franquicia mimada de Dreamworks. Esta productora se caracterizó por derribar una de las mayores supersticiones del mundo del cine: las secuelas nunca son buenas, algo que inició con Shrek 2 en 2004.
Esta nueva aventura de Hipo transcurre 5 años después de la primera película, donde los dragones y vikingos conviven en paz. Con la carga de su padre que quiere dejarlo como líder, Hipo se embarcará en una aventura que lo encontrará con nuevos dragones e incluso su madre a quien creía muerta. Realmente el estilo de animación mejoró muchísimo con respecto a los últimos años, de hecho esta producción es la primera en iniciar una nueva era en la que los tiempos para la realización son mucho más cortos, los escenarios de la tierra de dragones son alucinantes e incluso parecen reales, me animaría a decir que está a la altura de los films de Pixar.
La historia en sí, es simple y el protagonista cumple el camino del héroe a rajatabla, es beneficioso que sea apto para todo público, aunque habiendo temáticas sensibles como la muerte queda en manos de los padres la decisión de llevar a los niños más pequeños.
En sí, la película avanzó muchísimo con respecto a su antecesora tanto en la historia como en la evolución de su personaje principal, quien es mucho más valiente y decidido. Con esto sumo otro de los mitos derribados, que ya animaciones anteriores habían puesto en tela de juicio, como por ejemplo que los dibujos jamás envejecen. Funcionó con Toy Story 3 (2010) e incluso en La era de Hielo 3 (Ice Age Dawn of Dinosaurs, 2009).
Cabe destacar el personaje de la madre de Hipo, que tiene mucho para explorar y que esperemos que en la tercera -y ¿última parte?- puedan dar un buen cierre a esta gran historia basada en los libros de Cressida Cowell.