Secuela que sube la apuesta
La nueva producción de los estudios Dreamworks vuelve a explorar con imaginación y gran vuelo visual la historia ambientada en la época de los vikingos, con mucho humor.
Dreamworks, el estudio que creó las sagas de Shrek, Madagascar y Kung Fu Panda, logró con Cómo entrenar a tu dragón (How to train your dragon, 2010) alcanzar un escalón mayor, accediendo a una trama menos infantil y consiguiendo un relato más clásico.
Aunque la historia parte de un absurdo y políticamente correcto mundo de los vikingos, el humor, los sentimientos y el despliegue visual lograban que todo llegara a destino. Sin duda era el mejor film creado por este estudio.
Ahora han pasado algunos años y el pueblo de Berk vive en absoluta armonía con los dragones. Hiccup (Jay Baruchel) y Toothless siguen explorando territorios en busca nuevas tierras y se encuentran con una nueva aventura. Cazadores de dragones por un lado y una isla con cientos de dragones viviendo en armonía con un misterioso personaje por el otro.
Lo primero que hay que decir de esta secuela es que aun estando acostumbrados a la calidad visual, no se puede ignorar la maravilla que tenemos frente a nuestros ojos. El cine tiene guión y tiene sonido, por supuesto, pero sigue siendo por encima de todo un arte visual, y en ese aspecto Cómo entrenar a tu dragón 2 tiene sus valores más relevantes.
Como toda secuela, está obligado a subir la apuesta y lo consigue, al menos desde el despliegue visual. El anacronismo de la primera parte se mantiene y acumula más contradicciones de corrección política, en contraste con el salvaje mundo vikingo que se supone describe. No es para tomárselo muy en serio, pero ideológicamente la película no es muy coherente tampoco. Tiene sus momentos de humor, asombro y en particular de diversión.
Una vez más, no es una propuesta para los más chicos de los chicos, pero tampoco se vuelve demasiado siniestra en ningún momento. La versión en 3D proporciona buenos momentos y en el idioma original queda muy claro que no hay intención alguna de realismo, ya que Hipo (así es el nombre del protagonista en castellano) es un adolescente sacado de cualquier colegio del año 2014.
En inglés, el extra será escuchar la magnífica voz de Cate Blanchett. Difícil elección si se van con niños. Eso sí, puestos a elegir sala para verla, sí o sí aconsejo se busquen la más grande pantalla que encuentren, ya que la película tiene algunas escenas que dejarán al espectador con la boca abierta.