El tercer eslabón de la saga de aventuras iniciada en 2010 termina de la mejor manera con una historia que muestra el crecimiento y evolución de los personajes en medio de la eterna lucha entre el Bien y el Mal.
La historia del joven vikingo Hipo junto a Chimuelo, su dragón mascota de la raza Furia Nocturna junto a la galeria de simpáticos personajes que los secundan, como su novia Astrid, arriban a un final con bombos y platillos y de la mano del mismo director, Dean DeBlois, tanbién responsable deLilo & Stitch
Un relato de supervivencia, liberación, amistad y de respeto a las diferencias es la que se lleva adelante en esta nueva entrega. Los héroes tienen a los dragones como aliados y enfrentan al malvado Grimmel, un cazador que intenta hacerlos desaparecer en medio de combates feroces y vuelos majestuosos ambientados en escenarios naturales con estética futurista.
Cómo entrenar a tu dragón 3 sabe amalgamar la aventura, la acción y la emoción en un delicado equilibrio gracias al arco dramático que atraviesan los personajes y la última tecnología aplicada a la animación. Más allá del envoltorio visual, la película logra emocionar -guerreros con cuerpos gigantes y tierno corazón- y entrega un final acorde a lo planteado en los dos filmes anteriores.
Hipo arrastra el dolor de la ausencia materna y los recuerdos junto a su padre a través de flahbacks pero su pierna mutilada no parece detenerlo en su lucha para transformarlo en el líder de su tribu. En la trama ocupa un lugar preponderante el romance entre el dragón y una de su misma especia, en una bellísima secuencia desarrollada entre miradas, juegos y seducción. Tanto Hipo como Chimuelo saben que sus caminos tomarán diferentes direcciones y la película aprovecha ese falso final para arremeter con otra secuencia magnífica.