Cómo entrenar a tu dragón fue una trilogía especial dentro del género de animación que supo conservar un nivel de calidad excepcional a lo largo de la serie. El director Dean Debois pudo realizar cada entrega con una libertad artística que no es común de encontrar en Hollywood y mucho menos en este campo donde los departamentos de marketing intervienen con más fuerza en el contenido. Ya sea para incluir personajes que después pueden vender en diversos productos o para estancar a los argumentos en fórmulas comerciales que luego permiten promocionar mejor el proyecto. Debois tuvo claramente el control de la franquicia donde pudo evadir estas cuestiones. En la conclusión de este relato el realizador no decepciona en absoluto y cierra de un modo perfecto la historia del vikingo Hiccup a quien pudimos seguir en las diversas etapas de su vida.
El conflicto que dispara la trama de esta película tal vez es menos complejo que el de las entregas previas pero contribuye a darle un final muy digno a la franquicia. Sólo por el imponente nivel de detalles que los realizadores incluyeron en la elaboración de los escenarios esta producción sobresale entre los mejores estrenos que llegaron a la cartelera en el último tiempo.
Muy especialmente después de un 2018 que fue muy olvidable, con excepción de la película de Spiderman.
Debois y su equipo concibieron una obra para ser disfrutada en la pantalla de un cine
por la opulencia visual que ofrece este mundo de fantasía.
Todo el ecosistema que rodea a los dragones y el retrato de la cultura vikinga tiene una
artesanía y dedicación que no vemos habitualmente en los estrenos de animación.
En este caso además se suma el hecho que el espectáculo técnico está muy bien
sostenido por un guión que equilibra perfectamente los momentos humorísticos con los
dramáticos, si bien este último punto se moderó un poco más en la conclusión.
Todo el arco argumental entre Hiccup y Toothless, que tuvo un gran desarrollo en los
capítulos previos, acá encuentra un cierre redondo donde sobresalen algunas escenas
muy emotivas.
Entre las nuevas adiciones el villano de turno tal vez no aporta demasiado, pero
consigue tener un rol funcional en la trama, cuyo objetivo es llevar la relación entre el
joven vikingo y el dragón a otro nivel.
Por lejos, esta es la mejor película que ofreció Dreamworks en el último tiempo y
merece ser disfrutada en una pantalla de cine.