Pasaron 9 años y llega Cómo entrenar a tu dragón 3, posiblemente el fin de esta saga, pero con probabilidades ciertas de que el universo creado continúe.
Cómo entrenar a tu dragón 3 mantiene la frescura, los gags y el encanto que tiene desde su primera aparición, pero en esta se suma un ingrediente más, que quizás diluye un poco todo, y es el amor, el romanticismo no solo de Hipo, sino también de Chimuelo.
Berg, la isla en donde vive Hipo con el resto de los vikingos está realmente colapsada por la cantidad de dragones que fue salvando con el correr de los años, a eso le sumamos la llegada de un nuevo villano que quiere terminar con el último Furia Nocturna, por lo cual todos emprenden un viaje buscando “la tierra de los dragones” y allí, quizás, vivir en paz y felices.
Desde lo visual es impecable, con escenas bellas, pero también un poco extensas.
Los conflictos aquí serán no sólo con el entorno- dejar la isla y buscar un nuevo lugar para vivir-, sino también en lo personal. Chimuelo conoce el amor e Hipo tendrá que entender que la felicidad de su compañero (y del resto de los dragones) está por encima de todo.