Cómo entretener inteligentemente
La factoría Dreamworks sigue firme en su ascenso tanto artístico como técnico, y en ese sentido esta última producción antes de la llegada de la cuarta "Shrek" no hace más que entusiasmar a los seguidores que tiene la empresa y al público en general. Porque esta vez nos trae una historia original, bien contada y con formidables efectos al servicio de la trama.
Un chico que no siente como propio el legado que su padre desea para él. Ser un cazador de dragones como todo vikingo que se precie de tal. Hipo no está hecho para eso, pero es difícil llevar la contraria en una aldea donde los dragones son como plaga que azota cada tanto y todo lo arrasa.
Hay uno que es particularmente temido, imposible de capturar. Es en medio de un ataque que Hipo utiliza un artilugio por él ideado y que, accidentalmente, es efectivo al impactar contra la bestia que nadie podía agarrar. Cuando el muchacho va en busca de su presa no puede creer haber sido capaz de tal hazaña, pero al tomar contacto con la bestia descubre que no es lo que creía y una corriente de simpatía surge entre ellos.
Lo que sigue es la historia de una amistad por encima de los prejuicios, de solidaridad y lucha contra la ignorancia general y en particular contra el mayor enemigo: un poderoso y gigantesco dragón al que todos los demás servían, pero sobre el que nadie tenía conocimiento.
La trama no es complaciente, más bien apuesta a la inteligencia y se juega por un mensaje alejado del facilismo que abunda en las producciones para los más chicos. Con simpleza y lejos de cualquier pretención didáctica el filme expone un mensaje claro y lo hace con las mejores armas del buen entretenimiento.
El diseño de los personajes es caricaturesco, mas no burdo, y se diferencia de otras producciones mientras los escenarios exhiben un nivel de detalle sobresaliente. Obviamente, estos aspectos se aprecian mucho mejor en una exhibición 3D, pero no es indispensable.
Nuestra calificación: Esta película justifica el 100 % del valor de una entrada.