Desde que viera los avances de "Como entrenar a tu dragón" sabía que Dreamworks se las traía de nuevo. Considerando que el equipo es aquel de Shrek y Kung Fu Panda, ya podemos entrever que esta es otra animación que no defrauda.Sin llegar a tener la originalidad e hilaridad de Shrek, por ejemplo, lo cierto es que este mundo de vikingos contra dragones basados en los relatos de la inglesa Cressida Cowell divierte y entretiene con escenas de acción bastante adrenalínicas.
Es cierto que desde lo argumental no tropezaremos con nada nuevo, Hippo es un jovencito que trabaja con el herrero del pueblo, hijo del jefe de tribu, una comunidad de luchadores especialistas en cazar dragones que asolan robándose la comida, matando e incendiando todo a su paso. Pero Hippo es el debilucho y torpe de esa sociedad a quien ven con ojos torcidos como una verdadera plaga de torpezas andante, lo cual previsiblemente acarrea la vergüenza de su padre. Hasta que cierto día tendrá la fortuna (?) de herir a un dragón de la especie más peligrosa y menos conocida "fulgor nocturno". De rasgos tomados del propio Stitch- lo cual es muy evidente- según reconocieran los propios Chris Sanders y Dean DeBlois, sus creadores, este dragón prontamente se convertirá en la mascota de Hippo que lo llevará a darse cuenta que todo lo que su comunidad sabe sobre los dragones está algo errada.
Si se la ve en su original, la voz de Gerard Butler (El rey Leonidas de 300) personifica al padre, Stoick, un vikingo con todas las de la ley, severo y a la vez valiente. Otros que prestaron sus golas para el papel son: Jay Baruchel (Fanboys) como Hippo, America Ferrera (Uggly Betty) y Kristen Wiig (Adventureland).
Pero más allá de las diversiones y gags y acción que tiene la cinta, los grandes aciertos vienen de la mano de los estupendos escenarios rústicos e inhóspitos, así como la música- correcta, escueta pero genial- de John Powell.
En cuanto a esta cuestión del 3D insisto en que de verse en 2D se disfruta lo mismo. La calidad de imagen es indudablemente mayor, la profundidad de campo es evidente y hasta los detalles más pulcros, pero si de efectos reales hablamos, los más pequeños se quedarán con ganas de varios trucos más de los que ofrece la cinta, aunque estos estén más presentes que en otros títulos como por ejemplo Avatar. Y ya que hablamos de edades, la cinta es más recomendable para los que superen al menos los 8 o 9 años ya que la película es un derroche de acción y vértigo que a los más pequeños aburrió un poco (la niña sentada a mi lado de unos 4 o 5 años no paraba de preguntarle a su pobre padre cuándo terminaría la cinta).
Divertida, amena, entretenida; sin grandes alardeos pero con mucha garra.