Hay una chica que tiene un trabajo solitario: una casilla de peaje perdida. Hay un padre que muere, hay la venta de enciclopedis, hay el sueño de un viaje a Italia, hay la necesidad de un reencuentro. Pero sobre todo hay un mundo consistente y personajes en los que uno cree y a quienes sigue con interés durante todo el metraje. Y hay, también una cierta, bienvenida, melancolía que no impide la aparición del humor.