Endogamia en las mieles del deseo adolescente.
Juana (Malena Filmus) y Mara (Lola Abraldes) son hermanas adolescentes que quedaron a cargo de una tía tras la pérdida de sus padres en un accidente. Inés (Umbra Colombo), la adulta, completa este triángulo, sumido en una estricta y rígida convivencia en una granja donde practican la apicultura.
Entre ambas hermanas, además, persiste la complicidad en la intimidad y un coqueteo de roce sexual a escondidas como parte del despertar natural en una edad donde el deseo puja entre lo prohibido y la libertad que se busca como el agua en el desierto.
En pequeñas dosis entre Juana y Mara aparecen diferencias de conductas y comportamientos cuando las condiciones del aislamiento de ese entorno son al menos hostiles. Todo se precipita con la llegada de un tercero, Lucio (Franco Rizzaro), primo rebelde, que transforma aquel triángulo endogámico en un triángulo amoroso en el cualpasa a ocupar uno de los vértices para que el thriller psicológico forme parte de la atmósfera que el director Lucas Turturro planta en su interesante propuesta.
Así las cosas, la apicultura y el mundo de las abejas cobra un significado diferente en Cómo mueren las reinas (formó parte de la competencia Argentina en el último BAFICI) mientras que las riendas del despertar sexual de dos adolescentes compiten por el mismo objeto de deseo.
El precio de salir de la zona de confort a veces se paga caro, pero no es el caso de este tercer opus que mantiene su autonomía y ritmo al contar con un elenco ajustado y sin sobreactuaciones.