"Cats & Dogs", estrenada en el 2001, si bien no fue un film revolucionario en el género ni era del todo innovador, fue uno de los claros ejemplos en los que el entretenimiento podía ir de la mano de la fantástica y hasta ridícula historia que poseía, convirtiéndose en una cinta familiar destacable. Su secuela, estrenada 9 años más tarde, se olvida de todo lo que esta película menor logró, respecto al divertimento, e invoca al desarrollo de un relato aburrido, repetido y con poco humor.