Los reyes del verano
Tres amigos varones deciden veranear juntos en la playa y en medio de la nada. Desde la llegada al lugar se siente el “aire de vacaciones”, tanto por la camarita filmando como por las bromas que hacen entre ellos. Algunas, por qué no, homofóbicas. Pensemos que se está contando una historia de hace 20 años atrás, cuando muchos temas eran tabúes y se callaba mucho más de lo que se contaba.
Los personajes, sus identidades y sus vínculos se van contando desde el primer momento, poniéndonos a tono con la amistad que los recorre a cada uno. Y la ambientación de la época se encuentra marcada por algunos detalles, como los cassettes, los precios, el teléfono público y la música.
El sexo no es un tema que tengan pensado estos tres amigos desarrollar durante la estadía. Y justamente uno de ellos menciona que “el sexo arruina las relaciones”. Pero el deseo sexual comienza a aparecer, y no solo de la mano de la joven que se suma al grupo, sino incluso entre dos de los protagonistas, entre confusión y miedo.
Lucas Santa Ana, su director, explora los vínculos que pueden darse entre estos tres amigos cuando surgen situaciones que no pueden controlar. Es una comedia pero que períodos pasa por el dramatismo, sin perder en ningún momento el ritmo narrativo. Siempre queremos saber más y de qué forma llegará el final de esta historia. Y el uso de la cámara casera para registrar muchas de las situaciones, es un recurso muy bien utilizado y funcional al relato.
El trío protagónico (Javier De Pietro, Agustín Pardella y Marcos Ribas) al igual que Luana Pascual, llevan adelante sus papeles de forma natural. Les creemos lo que les pasa y lo que les sucede. Y la música de Coiffeur se encarga de matizar por instantes, para ayudar a generar la tensión.
Como una novia sin sexo es culpa, amistad, vínculos, amor y decisiones que se toman o no. Todo en su medida justa y sin exagerar, haciendo que ese lugar inhóspito de veraneo se transforme en cómodo para revelar los deseos más internos.