"La triple sospecha"
Ya se estrenó en los cines argentinosCompetencia Oficial (2021), la nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat, reconocidos por los largometrajes El hombre de al lado, El ciudadano ilustrey Mi obra maestra, entre otros. Competencia Oficial fue filmada en España y es protagonizada por los sobresalientes actores Antonio Banderas, Penélope Cruz y Oscar Martínez, cuyos personajes componen una especie de “santa trinidad” de la industria cinematográfica. Recordemos que la narración inicia con un plano detalle a una pintura de un triste payaso, y entre otros objetos llega a una figura de una virgen, lo cual condensa el sentido del relato, puesto que sus protagonistas oscilarán constantemente del ridículo a la“santificación” o valoración.
En consecuencia, el tono general de la narración -dividida estructuralmente en tres partes (prólogo, desarrollo y epílogo)- es de una comicidad ácida y sarcástica que se ríe dramáticamente de los clichés artísticos y de la industria cinematográfica en sí misma. Pero también esboza críticas sociales a magnates empresariales que poseen fundaciones, pues “todos sabemos para que sirven”, enunciando negativamente e implícitamente la cuestión de la reducción de impuestos y no el interés genuino. Tal frase es expresada por Humberto (José Luis Gómez), el millonario en cuestión, quien será caprichosamente el mecenas del proyecto artístico liderado por Lola Cuevas (Cruz) una prestigiosa y excéntrica directora de cine, quien desea realizar una transposición cinematográfica de la novela “Rivalidad”. Es pertinente mencionar que quizás el personaje de Humberto Suárez, refiere por ejemplo a figuras como las de Hugo Sigman -nótese que ambas iniciales se repiten- accionista mayoritario de un conglomerado empresarial con presencia en los campos de la farmacéutica, la agroforestería y el cine. En consecuencia, en Competencia Oficial “cualquier similitud con la realidad [no] es pura coincidencia”.
En un universo diegético lleno de hipocresía, Lola Cuevas convoca a dos prestigiosos actores con métodos y personalidades opuestas, Félix Rivero (Banderas) e Iván Torres (Martínez), quienes finalmente serán dos caras de una misma moneda, al igual que los hermanos en conflicto en la novela, que para Lola son una misma entidad. Pues la duplicidad está presente constantemente en el filme, desde la poética metadiscursiva de la representación (los ensayos) dentro de la representación (la película en sí misma), el par actoral, los lindes entre ficción y realidad, actores vs. dirección, masculino o femenino y arte popular o arte elitista. En una puja constante de egos, de la que Lola también es parte con sus métodos creativos experimentales, y en este sentido es muy interesante que la cabeza de esta trinidad sea una figura femenina, quien aparentemente tiene el “poder” de la situación. Esa competencia y rivalidades constantes, aludiendo al nombre de la novela en la ficción y al título de la película, que no solo refiere a la reconocida sección de los festivales internacionales de cine, sino también a la competencia interna entre los tres personajes. Al igual que varias obras de los directores el par masculino protagónico se odia, esta característica ya parece conformar un estilema constante en su filmografía. Además la película posee sutiles relaciones intertextuales con las películas anteriores del binomio, por ejemplo, cuando Iván se queja de su vecino de al lado, aludiendo al film El hombre de al lado (2009) o cuando Lola le pregunta a Iván si se hizo algo en los dientes, y aunque lo niega él se había realizado un blanqueo dental, quizás allí se refiere indirectamente al actor Dady Brieva, que trabajó en dos ocasiones con ellos, y al menos quien escribe al ver El ciudadano ilustre (2016) no dejaba de pensar lo mucho que distraía la atención la blancura extrema de su dentadura.
Competencia Oficial se burla de los discursos snobs de algunos artistas o intelectuales tales como “poner el arte a competir me parece atroz” en la boca de Iván o sus expresiones en contra del entretenimiento banal o cuando Lola manifiesta “el arte no se refiere algo, en si ya es algo” oponiéndose a la necesidad de los “intelectuales” de querer enmarcar todo dentro de una interpretación de acuerdo a la ideología del momento. Por un lado, Competencia Oficial pretende ridiculizar ese sistema de producción y circulación de las películas y, por otro lado, forma parte del mismo. Recordemos que la película tuvo su avant-première en el Festival Internacional de Cine de Toronto, además tuvo su estreno mundial en la Sección Oficial en el Festival Internacional de Cine de Venecia y también fue presentada en el Festival de Cine de San Sebastián.
Casi sobre su clausura la película explicita “¿cuándo termina una película?” interpelando de esa forma al espectador y apelando a la reflexión. Por ejemplo ¿termina cuando finaliza su circuito de distribución? O ¿termina cuando el espectador le da un sentido? En conclusión, si bien el relato tiene algunas vueltas de tuerca algo predecibles para un espectador entrenado, es una propuesta dinámica, sólida y recomendable, en la que finalmente se manifiesta una verdadera competencia del talento y verosimilitud actoral de sus tres intérpretes principales equitativamente.