Gastón Duprat y Mariano Cohn ya tienen su sello y siempre darán que hablar. De por sí, tienen detractores que intentan verter ideología en sus películas, como por ejemplo decir que 4x4 (2019) es un film fascista. En fin, es increíble lo que uno puede leer. Porque esa misma película bajo un sello de Hollywood hubiera sido festejada por lo que es: entretenimiento.
La realidad es que su dupla es magnífica le pese a quien le pese, desde el más gritón en twitter hasta la gente más rancia de la cinefilia argentina. Competencia oficial es una película magnífica, que da nota de un ingenio agudo y sutilezas deliciosas. Es un film muy cinéfilo y que celebra ese mundo, motivo por el cual una parte del público puede sentirse un poco alienado.
Y está bien que sea así, porque su historia gira en torno a hacer una película, a la relación de una directora con dos actores consagrados (y opuestos). Allí reside la grandeza de este film, en las apabullantes interpretaciones de Penélope Cruz, Antonio Banderas y Oscar Martínez.
Describiría más de una situación, pero más allá del spoiler sería un sacrilegio porque es algo que hay que ver en pantalla. El film juega con el espectador todo el tiempo, te hace reír y te pone incómodo. Odiás y amás a los personajes que son tan queribles como miserables.
Por momentos un tanto minimalista y por otros más grandilocuente, la puesta de este estreno es un punto fuerte para destacar. Sin dudas es la producción más importante encabezada por la dupla Cohn/Duprat.
En definitiva, Competencia Oficial es una gran película que gustará más o menos, pero no pasará desapercibida por quien la vea.