Coproducción ítalo-argentina, Cómplices del Silencio (un título explícito pero a la vez muy poco gráfico acerca del contenido y la potencialidad del film) propone una visión lejana pero no por ello menos lacerante acerca de la dictadura militar, en este caso circunscripta al período del Mundial de fútbol de 1978. Los cineastas italianos parecen estar particularmente dotados para abordar esta problemática, tal como lo hiciera Marco Bechis en la excelente Garage Olimpo, y aquí el director y coguionista Stefano Incerti logra ensamblar con solidez una serie de tópicos íntimamente vinculados a esa etapa nefasta. Los secuestros compulsivos e indiscriminados, las torturas, los asesinatos masivos, el contubernio entre militares, civiles, sacerdotes, políticos y embajadores y la resistencia armada, están desoladoramente presentes. Aunque se trate de situaciones transitadas por numerosos films, la convicción y verosimilitud de varias escenas ubican a Cómplices del Silencio entre los retratos más contundentes dentro de esta temática. Tampoco el género, una fuerte historia de amor dentro de un trasfondo político, es novedoso, e incluye un par de resoluciones simplistas y for export. Pero la película atrapa e inquieta en todo su metraje, cuenta con una puntillosa ambientación de época, una sorprendente y bellísima Florencia Raggi y un notable Alessio Boni, a la cabeza de un compenetrado elenco.