Cómplices

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El crimen de un taxi-boy

Esta ópera prima franco-suiza arranca como un típico policial noir (un cadáver desfigurado flotando en el río), pero luego -si bien va desarrollando el caso y buceando en los posibles culpables del crimen- se concentra en una historia de amor y en la psicología de los dos investigadores del caso (los siempre solventes Gilbert Melki y Emmanuelle Devos, aunque aquí lejos de sus mejores trabajos).

El suizo Frédéric Mermoud trabaja con ductilidad diferentes líneas narrativas / temporales, aunque se regodea en cierta perversión del universo de la prostitución masculina. Por un lado, describe el apasionado romance entre Vincent (Cyril Descours), un taxi-boy de 19 años, y la inocente Rebecca (Nina Meurisse). Por el otro, la contradictoria relación entre los dos policías, seres solitarios y bastante torturados que mantienen esa extraña complicidad a la que alude el título.

Más allá de su sordidez y de ciertos lugares comunes en la exploración de la intimidad de los personajes, Cómplices resulta un debut bastante convicente. Mermoud se presenta como un buen director de actores, un dúctil narrador y un sabio constructor de climas. Habrá que esperar futuros trabajos suyos para que pueda potenciar esos atributos con films todavía más atrapantes que éste.