Este es el primer largometraje del cineasta suizo Frédéric Mermoud. Premiado en Chicago 2009, llega a nuestro país tres años después, un policial con intriga y suspenso.
Cuando comienza, su primera escena es bastante fuerte, vemos un cadáver en el Río Rhone, algo desfigurado, luego este es analizado por los forenses. Se trata de Vincent Bouvier.El cuerpo presenta señales de estrangulación, chupetones en el cuello, su rodilla izquierda lastimada, entre otros datos, y a partir de ahí viene toda una trama llena de intrigas, sospechas, suspenso, dudas, engaños y el espectador en todo momento siente la necesidad de saber más y también va intentando resolver el caso.
La historia en todo momento va y viene a través de flashbacks, corriendo la cinta vemos los buenos momentos que pasan Vincent Bouvier (Cyril Descours) y Rebecca Legendre (Nina Meurisse) quienes se enamoran a primera vista en un cibercafé, ellos tienen unos 19 años y viven sin ninguna preocupación, pero dos meses más tarde el cuerpo de Vincent aparece flotando en el río Rhone, y a Rebecca no la encuentran en ningún lugar.
Dos policías investigan el crimen: Hervé Cagan (Gilbert Melki, actor de “Angel-A”) y la Inspector Karine Mangin (Emmanuelle Devos, actriz de "La mentira", "Coco antes de Chanel") juntos buscan pistas, arman un verdadero rompecabezas, porque a medida que atan cabos, se enfrentan a errores de su pasado.
Mientras se reconstruye la historia de amor de estos dos jóvenes, como asi también algo de lo que sucedió en la vida de estos dos detectives, nos vamos introduciendo en el mundo de los taxi-boys, casa de modelos, prostitución y fiestas, en todo momento se mantiene un hermético misterio (cualquiera puede ser el asesino), donde los espectadores van señalando los posibles autores del hecho, deducir que paso realmente ese día y porque esta historia trágica posee como título cómplices.
Cuenta con muy buenas actuaciones y fotografía, las secuencias entre el romance y lo policial están logradas, contiene escenas fuertes de sexo pero bien manejadas, con sensualidad y realismo, un buen manejo de cámara y planos, nos habla de la soledad, la responsabilidad de los padres, cuando el amor goza de demasiadas libertades y la inconsciencia adolescente.