Sara y Jean están pasando unas vacaciones románticas, en pantalla queda claro el amor que sienten mutuamente. La pareja regresa a su departamento y cada uno vuelve a su rutina. Sara va a su programa de radio, Jean prosigue con su búsqueda de trabajo. Su amor parece el mismo que desde el primer día, hasta que un nombre comienza a ser mencionado en la pareja. Es que Jean recibe una propuesta laboral por parte de François, el anterior amor de Sara, quien fue el nexo entre ella y Jean. A partir de que ese nombre comienza a resonar en la pareja, ya nada será lo mismo, el amor que se sentía en esos primeros planos de los enamorados en el mar, tomándose de la mano, ya no volverá a resurgir o será costoso que suceda.
François, este fantasma del pasado, cuando se materializa lo cambiará todo, no solo en la vida de los protagonistas sino en el ambiente que nos ha preparado la película desde un principio, variando, por ejemplo, los registros musicales, de una música más tranquila a una más misteriosa o tensa.
Esta tensión que surge en el ambiente de los dos, es transmitida por la película y logra que el espectador se sienta de la misma manera que los protagonistas. Las miradas, que al principio eran de amor, luego serán tensas, los primeros planos de los dos, nos sirven para ser partícipes de este sentimiento.
Los protagonistas son interpretados correctamente por reconocidos actores franceses, Juliette Binoche (Sara), Vincent Lindon (Jean) y Grégoire Colin (François). De los cuales destacamos, como dijimos previamente, la capacidad de cambiar el clima de la película, de transmitir ese nerviosismo que prevalece por medio de sus miradas.
«Con amor y furia» es una historia de una pareja que parece estar viviendo y sintiendo el amor intacto desde el primer día pero, cuando el pasado irrumpe en ellos, la tensión domina la pantalla. Esta sensación es transmitida de tal manera que el espectador se sentirá afectado por ella al salir de la sala. Por estos motivos, recomendamos esta película dirigida por Claire Denis.