Puede ser tramposa la pregunta pero vale para el análisis. ¿Aplican para una comedia romántica conceptos como "llena de clichés" o "lugares comunes" a la hora de calificarla? Si la fórmula que va a buscar el público es justamente esa, ¿se transformarían en adjetivaciones positivas?
Chico conoce a chica; se gustan, pero pertenecen a estratos, ideologías, sociedades distintas. Se juntan, se besan, luego él, o ella, o ambos, se mandan una macana; se separan, se perdonan,y se besan al final.
La estructura es la misma con lo cual las grandes variantes están dadas fundamentalmente por dos factores: la química del elenco (con preponderancia en la pareja protagonista), y el ritmo narrativo otorgado por la compaginación. Cómo será de fiel a la fórmula éste estreno que ni nombres tienen los personajes: son Él y Ella. Ni en una farmacia se consigue algo tan genérico.
Obviamente todo esto se cumple correctamente en “Con derecho a roce”. Él (Chris Evans) busca escribir un guión para una de acción, pero su agente le pide primero que haga una romántica para cobrar notoriedad y luego sí, que escriba lo que se le ocurra. El problema es que Me descree completamente del romance hasta que conoce a Her (preciosa y fresca Michelle Monahan) quien, por supuesto, le mueve la estantería pese a su vehemencia para negarlo.
Las variables son pocas y de hecho no hay sub tramas que condimenten la historia. Como no hace falta decir cómo sigue, ni mucho menos cómo termina; es bueno aclarar lo efectivo de la química de ésta dupla actoral y las solventes actuaciones del resto. El director logra esquivar un par de momentos en donde el verosímil se pone en riesgo, y así logra llevar a “Con derecho a roce” al terreno de lo aceptable.
No va a ser un clásico, pero pondrá una buena sonrisa para los que se dejen llevar por la propuesta que, en definitiva, es lo que se va buscar.