Es ya del orden de lo increíble como se puede tratar de explotar con al sólo fin de los réditos económicos una estructura narrativa y una estética que dieron resultado en su momento, pero más por un trabajo de Lobby cibernético que periodístico. Me refiero a la iniciadora de este tipo de filmes como lo fue “El proyecto de la bruja de Blair” (1999), pero si sólo fuese eso hasta se podría decir que los ahora adolescentes de 15 ó 16 años en el momento del estreno de Balir Witch tenían 2 ó 3 años de edad, por lo que se infiere que para ellos la producción que nos ocupa podría ser una gran novedad, empero no solo copia a la nombrada, todo el filme, si es que se lo puede llamar así, sino que también esta plagado de imágenes ya vistas en infinidad de películas, recursos gastados de tanto ser usados, desde lo visual como las cámaras de vigilancia, o en calidad de testigo, en tanto que desde la actuación no hay actores, o sería una falta de respeto a la profesión del actor emularlos o llamarlos de la misma manera.
Sólo hay dos momentos en que la desidia con que se realizo esta producción parecería haber desaparecido.
Una, al principio donde quieren instalar algo del orden de la verosimilitud, esto muy mal resuelto, con una leyenda que dice que el Vaticano no autoriza la filmación de actos de exorcismo.
La segunda, todo un desliz que termina generando alguna sonrisa, donde otro cartel nos informa que el Vaticano no participo en la producción de la película
Encuadrada dentro del genero del terror, uno podría afirmar que el sólo acto de ser ficción constituye por definición que todo va a estar encuadrado en un mundo especifico, con claros contacto con el mundo real, pero únicamente a nivel de referencia.
Por momentos este mamotreto intenta construir algo desde la estética del falso documental, pero lo abandona rápidamente.
Un texto de ficción, uno bueno se entiende, no se limita a señalar lo que es verdad y lo que es falso dentro de su mundo narrativo, sino también lo que es relevante y lo que es inmaterial.
Esta definición sirve para decir que todo es inmaterial.
Resulta ser un gran catalogo de lugares comunes, clisés del genero, personas que logran contorsionar el cuerpo de manera increíble, que ha esta altura no asusta a nadie, y los sobresaltos en la butaca están dados por lo exabruptos sonoros.
La historia comienza por ubicarnos en 1989. Una mujer en medio de un exorcismo mata a las monjas y al párroco, poseídas por le diablo. Veinte años después, su hija quiere desentrañar el estigma de su madre y viaja a Roma donde esta su madre internada en un neuropsiquiátrico. En Roma conoce a dos curas que practican e l exorcismo por fuera de las reglas de la Santa Sede. (¿Todo unos diablillos?)
La madre esta muy poseídas, tanto que con unos pases mágicos ese diablo comienza a saltar de un lado a otro sin control, de un cuerpo a otro, con el peligro que entre en el cuerpo de la hija, y eso de pie a otra película. Lo que termina siendo un juego tonto, aburrido e injustificado.