Los demonios siguen estando de moda
Suele utilizarse la frase “sólo para fanáticos del género” como eufemismo para decir que la película no debería verla nadie. Los fanáticos del género podrían sentirse un tanto insultados por este término, pero a la vez se puede tomar como un elogio. Un fanático del género puede ser tanto un seguidor ciego, como un experto. Quienes amen el cine de terror, verán en Con el diablo adentro bastante material para el análisis, pero a la vez reconocerán todas y cada una de las cosas que el film hereda, roba, copia o simplemente desperdicia de otras producciones anteriores.
Por un lado, el siempre atractivo subgénero de exorcismos, aquí se hace presente, mezclado a su vez como ese otro subgénero, el de “material encontrado” (found footage), donde gran parte o la totalidad del film está narrado con imágenes halladas posteriormente a los hechos registrados en dicho material.
La protagonista del film se ve involucrada en una serie de exorcismos no autorizados, en su camino por averiguar qué fue lo que llevó a su madre, tiempo atrás, a cometer un triple homicidio. Tantos los exorcismos en el cine, como la estética del found footage, tienen siempre licencias poéticas que el espectador sabe aceptar. Pero Con el diablo adentro exagera con esas licencias poéticas, llevando todo a un nivel de caos e incoherencia, donde la promesa de terror se queda en promesa, y donde la falta de lógica –aun dentro de los códigos de género– le pide al espectador más de lo que el espectador le puede dar.
Los fanáticos del género podrán disfrutar más de esta película en lo que refiere a entender sus errores y recordar como otros films parecidos pudieron llegar más arriba. Los que no conocen el género, posiblemente no entiendan nada y se llevarán de la película tan sólo alguna pesadilla para la siguiente noche.