El viento representa la dirección, la velocidad, de los distintos períodos de tiempo de la vida mediante lo que se transita, su forma de representar y resaltar las alteraciones de las emociones. Un elemento transformador al que puedes darle la espalda, afrontarlo y dejar transformarte.
“Con el Viento” es una historia entre distancias emocionales y la dificultad de conexión, el reencuentro con el pasado y la reconciliación con uno mismo. Es el primer largometraje de ficción dirigido por la hasta ahora editora, documentalista y docente cinematográfica Meritxell Colell Aparicio. Es una coproducción española, argentina y francesa producida por Polar Star Films. Un subyugante híbrido de cine y danza.
Mónica (Mónica García) es una bailarina y coreógrafa de 47 años que vive en Buenos Aires, donde desde hace dos años intenta realizar una nueva obra sin éxito. Nació en un pequeño pueblo al norte de Burgos (España), en donde sólo viven sus padres y seis personas más, y al que no ha vuelto desde hace veinte años. Una llamada de su hermana diciéndole que su padre está muy grave la empuja a volver. Pero cuando llega, su padre está muerto. Después del funeral, su madre le pide que se quede con ella para vender la casa. Son casi dos desconocidas que tendrán que aprender a conocerse y a convivir.
Encontramos a una mujer que aún tiene cuentas pendientes con su familia, mejor dicho con ella misma, el regreso al lugar donde siempre fue gris y sin matices, el reencuentro con la figura materna con quien no tiene conexión fluida e intenta establecerla de cero. Un abismo dentro con el que tiene que lidiar. Y solo un lugar recurrente donde siempre se halla, en la danza. Además, que la protagonista de esta película sea una bailarina que admira a Pina Bausch sirve para que en algunas escenas de danza, éstas resulten bastante expresivas del estado de ánimo del personaje central.
Se destaca la buena fotografía, presenta transiciones de modo abrupto donde las secuencias son basadas en el silencio y en expresiones corporales de los actores, en las que hay que resaltar a la protagonista. Su buen ensamble con la ambientación plasman de forma certera la esencia de la cinta, un relato emocional, de viaje introspectivo en que aflora el constante drama interno de falencias, lo cual ha hecho la difícil relación que tiene Mónica con la vida, dando paso al efecto colateral de la ausencia, partida, negación, tristeza y la soledad que se van estampando durante su recorrido. Un escenario rural donde los silencios y los pequeños gestos son elocuentes, por momentos de ritmo lento, lo que genera sea un tanto tedioso. El principio se rueda de forma más fragmentada, en sintonía con el personaje de Mónica, que está roto, y acaba con un plano secuencia para no romper el movimiento de la danza. Ella baila con el viento que es como bailar con el pasado, el presente, y el futuro.
En conclusión, “Con el Viento” retrata a la perfección el camino de la reconciliación con una vida que se ha dejado atrás, los lazos familiares y sus vinculaciones, madre e hija que no logran comunicarse. Los silencios y la parquedad comunicativa son muy bien utilizados, convirtiéndose en un elemento fundamental del desarrollo de la película. En el viento hay muchas cosas, lo que cada uno quiera ver.