El protagonista del relato está perdido, no sabe qué le depara el futuro y tiene miedo de enfrentarlo, mientras se agota su tiempo de encontrarse consigo mismo y de ser mejor persona. El director potencia ideas que ya estaban en su película predecesora (Noche de Perros) y vuelve a la noche para construir un relato sincero sobre los cambios y cómo nos afectan.