Puede que no a todo el mundo le haya gustado –alguna vez– Condorito. Pero la verdad es que esta película, que toma todos los personajes de la tira del chileno Pepo, sin ser genial y sin dar siempre en el blanco, aprovecha el viejo espíritu del cartoon para que pueda pasar cualquier cosa cómica en la pantalla. Y muchas veces sí acierta y surge la risa franca y honesta. El final cantado de esta crítica es, por supuesto “plop”. Así que ¡Plop!