Un pajarraco con poca identidad.
A Condorito lo conocimos en historietas de papel hace varias décadas atrás. El pueblo donde se
contaban esas historias era Pelotillehue. Había varios personajes que se relacionaban con este
protagonista. Fue una creación chilena del dibujante René Ríos (Pepo).
Si bien no fui un asiduo lector recuerdo que el formato de estas revistas era tipo sketch que
duraban una carilla (tal vez dos) algunas un poco subidas de tono con ese latiguillo final donde un
personaje caía hacia atrás (plop) diría que más bien estaban orientadas para un público adulto.
Esta aventura de Condorito, secundado por su sobrino Coné, gira en torno al rescate de su suegra
Doña Tremebunda (mama de Yayita). Un delirio donde los veremos en situaciones tipo “el arca
perdida” o “Aliens” en el mejor de los casos, todo mezclado con los personajes como Huevo Duro o
Pepe Cortisona.
Lo mejor sin dudas fue el trabajo realizado en el área de animación, allí se llevan todos los
aplausos. Un enorme desafío llevado a pantalla grande y eso es un gran mérito.
Si bien se ha respetado los personajes de la historieta (los vemos a todos ellos) creo que patina al
pretender ser para toda la familia. O por lo menos entiendo que no está claro. Si es para chicos,
ellos se ríen y los adultos también se divierten, aquí eso no funciona del todo.
Una situación graciosa bien lograda (por dar un ejemplo) cuando están evacuando la nave
alienígena una banda sigue tocando (cual Titanic). El trabajo de guión es fundamental para que la
familia entera salga satisfecha y que quede bien definido hacia quien está dirigida. Plop!