Durante sendas temporadas de mi niñez y cuando las vacaciones me obligaban a tomarme un ómnibus de larga distancia, mi compañía era la creación de Rene Rios Boettiger, Condorito. Sus aventuras en Pelotillehue, rodeadas de personajes de lo más variopinto, fueron uno de los muchos protagonistas culturales de mi infancia. Naturalmente, al anunciarse su película animada temí lo peor, o sea lo habitual: un gancho nostálgico para atraer niños y adultos a un producto flojo desde lo narrativo. Afortunadamente resultó ser todo lo opuesto, o al menos lo suficiente.
E.T. pa’ mi. E.T. pa’ ti.:
Condorito le pedirá matrimonio a Yayita para evitar que esta sucumba ante los encantos de Pepe Cortisona. No obstante, dicha propuesta es truncada por su suegra, Doña Tremebunda, que no quiere que un pajarraco sin oficio ni beneficio despose a su hija.
En su casa, frustrado por dicha traba, recibe un llamado de un conquistador alienígena exigiéndole un amuleto, ya que lo confunde con la encarnación de una figura milenaria. Condorito, pensando que se trata de una estrategia publicitaria de la compañía de teléfonos, le dice que le entregará el amuleto si se lleva a su suegra, cosa que el alienígena hace gustoso. Ahora, con su suegra desaparecida (y enfrentado al desdén de Yayita), Condorito, junto a su sobrino Coné, tendrán que ir en busca del amuleto para poder rescatarla.
En materia guion la película es una aventura bastante dinámica que sabe combinar la comedia con la acción y aventura, aunque no esté exenta de abusar levemente de los homenajes a ciertos iconos de la cultura pop. Cabe aclarar que el desarrollo de personajes consigue eficientemente que nos preocupemos por ellos, transitando un arco emocional de cambio, y cuenta con un antagonista tan gracioso como lo suficientemente competente.
En materia técnica la película presenta una animación fluida y se encuentra apoyada por un notorio trabajo de iluminación y decorados. El trabajo de voces también está muy logrado y consigue comunicar todas las sensaciones de estos personajes.
Tome Pin y Haga Pum:
Habiendo aclarado que Condorito cumple como una película por su propio derecho, y siendo quien escribe alguien que ha seguido sus aventuras, me parece menester dedicar unas palabras sobre qué tan fiel es esta historia cinematográfica a la versión publicada: es lo suficientemente fiel. La película respeta la esencia de los personajes: Condorito es un chanta, Don Chuma es el amigo fiel, Yayita es puro corazón, Treme le hace la vida imposible, Pepe Cortisona es un soberbio, Ugenio tiene pocas luces y Garganta de Lata toma como un cosaco. También es de destacar pequeños detalles como una introducción hecha en la gama de colores rojiza de la publicación original, e ítems de fondo específicas que si guiñás te las perdés.
Noto en esta adaptación dos licencias artísticas respecto del original, que a mi entender tienen sus justificaciones:
Primero, la aventura interestelar que moviliza la trama. Si bien en la historieta original Condorito ha ido al espacio algunas veces, al hacer cuentas sobre los escenarios habituales de sus historias, las de su barrio ganan con una diferencia considerable. La versión cinematográfica tenía que ser una historia más grande que la vida, más allá de lo cotidiano, por lo que una historia de esta índole no desentona tanto como premisa para una adaptación. Aparte, lo barrial no queda tan de lado, ya que ocupa un lugar esencial como subtrama.
La segunda tiene que ver con Coné. Quienes leímos la historia sabemos que se trata de un Condorito en frasco chico, y por ende igual de chanta que su tío, cuando no peor. La adaptación cinematográfica, en contraste, lo muestra como alguien más maduro y más responsable que su tío. Lo que parecería ser una enorme traición a la esencia del personaje para mí tiene una razón de ser. De respetarse al extremo la esencia de Coné, sería tener a dos personajes que son esencialmente el mismo, algo innecesario. Al hacerlo un chico mucho más maduro para su edad, se vuelve una contraparte esencial para que el protagonista aprenda cuál es su falla y pueda alcanzar su arco sin que parezca forzado.
Conclusión:
Condorito es una narración entretenida, dinámica y con la solidez necesaria. Se muestra lo suficientemente fiel a su material base, tomándose solo las licencias indispensables para que la narración fluya y cautive al espectador. Los fanáticos la disfrutarán y si quieren presentarle el personaje a las jóvenes generaciones, esta es una buena oportunidad para hacerlo.