Amigos, alcohol, chicas
Comedia agridulce de jóvenes. Tres amigos conviven en un departamento frente al Congreso: uno es músico y seductor-ganador, otro es tímido y actor, otro sufre por amor. A la noche hacen una reunión con tres chicas, una especie de cena festiva con pretendida "temática mexicana". Las chicas son atractivas, sus personalidades, diversas -como de reparto de características programático-; dos de los chicos ostentan algunos cortocircuitos, hay rencillas -no conflictos- que crecen. Congreso es algo así como un intento de mumblecore porteño pero sin derivas bien logradas en la conversación, y con algunos desajustes interpretativos -falta de naturalidad, fallas en el tono- sobre todo al principio, como si a los actores les costase proferir diálogos demasiado armados para establecer quién es cada uno. Con el correr de los minutos, con el correr del alcohol a la noche y ya con menor necesidad informativa la propuesta empieza a fluir, aunque algún ralenti explique de más. El segmento final abandona la posibilidad de comedia romántica múltiple y elige la amistad masculina como eje, con un sostén argumental apoyado en poco más que una suma de situaciones banales que no terminan de armar una trama, de ofrecer una cohesión significativa.