Conjuros del más allá: Sin dimensión de lo desconocido.
Con claras influencias de John Carpenter o David Cronenberg, este film de producción canadiense nos trae criaturas directamente salidas del terror clase B ochentoso acompañado por las ventajas y desventajas del género en esta época.
El oficial Daniel Carter (Aaron Pole) está realizando su patrulla nocturna cuando, tras encontrar a James(Evan Stern), un joven malherido que parece venir escapando de algo, se dirigen a un recóndito hospital en plenos tramites de mudanza a nuevas instalaciones. Mientras James es atendido y Daniel espera con los pocos pacientes y médicos que aun están en el hospital, un grupo de seguidores de un extraño culto rodea el hospital para que nadie pueda salir. Sin embargo, dentro del hospital las cosas no son color de rosa ya que algunos comienzan a convertirse en extrañas criaturas con tentáculos, aparecen dimensiones paralelas escondidas en el sótano y muchas otras cosas que hacen a este film tan genial como lleno de capas extra que no ayudan al ritmo de la historia.
En primer lugar hablemos de lo positivo. La atmósfera alrededor del hospital es de una amenaza constante, asi como nadie sabe realmente en quien confiar entre los que quedan dentro. La incertidumbre va creciendo durante los primeros dos actos, en los cuales vemos los puntos más fuertes del film. Hay bastantes giros, pero estan esparcidos durante la historia para que sacarles el mayor provecho posible. Si bien el tercer acto puede resultar el más flojo por razones que daré más adelante, hay un aspecto muy importante a rescatar, y es que la mayoría de las abominables criaturas viscosas que vemos en el film son bien guardadas hasta esta instancia, dándonos el clímax a puro tiro, hachazo y sangre pegajosa que vinimos a ver.
Por otro lado, muchos conceptos interesantes revolotean por encima del film pero nunca son aprovechados por completo; el misterioso culto, los experimentos con las criaturas y las dimensiones paralelas terminan haciéndose a un lado para dar lugar a un conflicto interno del antagonista que, si bien es el combustible de la mayoría de las calamidades, no es tan interesante.
En conclusión, “Conjuros del más allá” cumple como homenaje al terror ochentoso de bajo presupuesto y mantiene entretenido al espectador de principio a fin, si bien está saturado con ciertas subtramas un tanto innecesarias, los fanáticos del género seguramente encuentren mucho para disfrutar.