Efectivo film de terror para devotos del género
Este es uno de los mejores estrenos de terror en lo que va del año. Sin embargo, como decía Godard sobre el cine inglés en los años cincuenta, partimos de muy abajo. Se estrena mucho cine de terror, en buena parte directamente malo o, peor aún, precario, sin noción del género, sin conocimiento de tradición alguna más allá de dos o tres modas superficiales de los últimos años.
Conjuros del más allá es una película insertada en una manera de ver y pensar el terror que reconoce, procesa y exhibe sus influencias: John Carpenter, y sobre todo George A. Romero. No es casual que se incluya el principio de La noche de los muertos vivos en un televisor, que la situación sea de encierro, que el plano de la amenaza externa sea como el de los zombis fundadores, y que haya también conexiones con The Crazies, del propio Romero, y con The Thing, de Carpenter.
Los realizadores no juegan a la lógica del susto prefabricado con golpes de efecto: arman una trama de amenazas con unos seres vestidos de blanco (visualmente muy Ku Klux Klan), monstruosidades varias y conflictos internos diversos del grupo encerrado en un hospital, que se constituye luego de que un policía lleve allí a un herido que encuentra en la ruta.
En ese ámbito, el misterio sobre los sangrientos horrores que se suceden va creciendo y, para resolverlo, los guionistas -los mismos directores- se lucen menos en esa faceta al dar explicaciones menos apasionantes que los disfrutables dos primeros tercios del relato.