En general, los humanos en su desesperación toman decisiones igualmente desesperadas y patéticas. En esta línea y bastante alejado ya de Freud, Woody Allen plantea la cuestión del arrepentimiento y la usual actitud de querer lo que no se tiene y rechazarlo cuando se lo obtiene por el hecho mismo de que ha dejado de ser interesante.
En You Will Meet a Tall Dark Stranger, los dos matrimonios centrales entran en conflicto, digamos, de intereses y por ello el divorcio está asegurado ya para la anciana pareja de Alfie (Anthony Hopkins) y Helena (Gemma Jones), destino que se augura para la relación de la hija de éstos (Naomi Watts encarnando a Sally) con el yanqui Roy (Josh Brolin). Helena no puede creer que la separación se haya consumado y que su esposo la haya abandonado en el afán de retomar las experiencias juveniles que esta viejecita no podía darle y por eso consulta a Cristal (Pauline Collins), una vidente que reemplaza las tradicionales terapias por respuestas seguras acerca del futuro: el fracaso del matrimonio de su hija, la decadencia de Roy como escritor, y otros aspectos de la vida suya y de los otros. Ahora bien, Woody Allen emplea este juego de articulaciones entre la magia de la predicción, el poder de la mente humana y el llano sentido común, tal como similarmente ha hecho en Match Point, incluyendo las vueltas de tuerca que complican la existencia.
En realidad, hay poco para destacar de esta nueva producción en cuanto a la originalidad de la propuesta del famoso director y guionista. Sus diálogos ya no tienen ni la gracia ni la inteligencia de antaño. No obstante, Allen mantiene una calidad básica que permite ser disfrutada; no es poco que escoja excelentes actores. Por otra parte, la historia que protagoniza Josh Brolin es la más interesante, lo cual nos da un indicio de cómo la trayectoria de Woody sigue ligada a New York, ahora reemplazada por la hermosa y más lluviosa Londres.
Finalmente, las historias de Woody Allen atrapan por utilizar la comedia de un modo muy ligado al drama y al suspense. Todos quienes amamos sus films hasta Crímenes y Pecados preferimos, sin embargo, que se tome un tiempo para pensar y sorprendernos con sus diálogos o estrategias como el falso documental, que empleó en Zelig y Dulce y Melancólico, dos películas destacables. Otros dirán, "quiero verlo en la pantalla". Y bien, sigue siendo él, sólo que más viejo.