Allen estandarizado
No se puede intentar que a aquellos directores que seguimos, respetamos, degustamos, le salgan todas sus películas en un mismo nivel de realizacion, y que sea imperdonable que se repitan, o nos den sus temas recurrentes. Nadie por ejemplo puede comparar al mismo Chaplin "El Gran dictador" con el ya anciano director de "Una condesa de Hong Kong", ni el Hitchcock de "Vértigo" con el de "Trama macabra", o más cercano en el tiempo, el viejo Clnt de "Los puentes de Madison" con el de su reciente "Más allá de la vida".
Woody Allen sigue ofreciendo sus miradas sobre el alma humana, sobre lo difícil del relacionarse, con los rollos de las pasiones, con el eje cínico en el cual giramos las personas. El neoyorkino ha sido un hábil recolector de personajes variopintos, un especialista en ubicar cobertura de humor por sobre la hipocresía social, y en esta nueva peli no se queda atrás, ofrece algo de todo eso.
Tomando dos matrimonios, que en varios puntos se cruzan, intenta reflejar lo ya conocido en su filmo, quizás sin la misma eficacia de "Annie Hall, dos extraños amantes" o "Hannah y sus hermanas" -dos de sus mayúsculos títulos- o de los aún varios escalones abajo.
Pero lo hace sobriamente, reciclándose en menor medida, con apuntes
desopilantes, y agudísima crítica a los entornos. Situaciones de comedia donde no faltan el sexo, la vejez y los desatinos.
Notables trabajos actorales de Hopkins, Gemma Jones -la esposa madura de éste-, Josh Brolin, Naomi Watts, y las bellezas de Lucy Punch -la prostituta que cautiva al maduro Alfie- y una increible Freida Pinto -esa exótica presencia descubierta en "Quieres ser millonario?-, con todo este "packaging" arremete Don Woody.
No defraudará en definitiva a muchos, y seguimos también esperando un filme anterior a este: "Whatever works", que aseguran se estrenará en Mayo próximo, y que al no tener a nadie conocido en su reparto se retrasó considerablemente por orden y gracia de los distribuidores de cine.