Construcciones

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

La colmena

La relación vincular entre un padre y su pequeño hijo es el alma de Construcciones (2018), un documental observacional sobre un grupo de empleados de la construcción en La Calera, Córdoba pero que a medida que el relato avanza se transforma en una película sobre las construcciones afectivas.

Juampi es el hijo de Pedro, obrero de la construcción, viven en una casa humilde levantada en un terreno tomado. También hay otros personajes a los que Restelli busca retratar pero Juampi y Pedro los opacan. Y no porque busquen ser las figuras centrales de una película trabajada sobre la coralidad sino porque la cámara, que se enamora de ambos, los busca de manera constante, en sus charlas cotidianas, sus juegos, peleas, berrinches y salidas.

El cordobés Fernando Martin Restelli filma la cotidianidad a través del tiempo con cámara en mano y en primeros planos, sin importar lo que están haciendo porque parece invisible frente a los ojos de los protagonistas, es como si no notarán su presencia o no quisieran notarla para poder mostrarse auténticos, como son. Fríos pero cálidos. La relación entre padre e hijo es de una ternura que traspasa la pantalla. Dos personajes que pese a la hosquedad de sus cuerpos y palabras generan empatía con el espectador en apenas minutos.

Mientras trabajan, juegan o descansan se escuchan las noticias. Noticias que hablan de un mundo que les resulta ajeno, lejano, aunque los afecte de manera directa. Ellos viven en un mundo donde no les importa lo que van a cobrar siempre y cuando tengan trabajo. Un mundo de carencias materiales pero no afectivas. Restelli propone un retrato íntimo y austero sobre la cotidianidad de aquellos que construyen, tanto ciudades como lazos de amor auténtico.