Lechuzas aliens que hablan en sumerio
Desde aquel mítico programa radial de “La guerra de los Mundos” donde Orson Welles adaptaba a Wells, nadie puede (o debería) creer que algo que salga en un medio de difusión y tenga el mote de “verdadero” o “real”, lo sea, menos si de extraterrestres se trata. Lo único verdadero en La cuarta fase, es la ficción y ni siquiera la bellísima Milla Jovovich diciendo que “esta basado en hechos reales” puede hacer que creamos en la veracidad de este film.
Contactos del cuarto tipo es un film que se circunscribe al género de terror psicológico filmado como si de cámaras de video se tratara, con una innegable reminiscencia a Rec, Actividad Paranormal, El proyecto Blairwitch, y Distrito 9, entre tantas otras.
La película relata, por duplicado, la historia de la psicóloga Abigail Tyler y de cómo descubre a través de la hipnoterapia, que sus trastornados pacientes reciben por las noches, ciertas visitas inesperadas del tipo alíen en la comodidad de sus habitaciones. Paralelo a esto, la psicóloga debe enfrentar sus demonios personales y sacar adelante a su problemática familia en un pueblito de Alaska, llamado Nome.
Es un film que cumple con el objetivo de inquietar y asustar sobre todo a aquellos fanáticos de los Expedientes X. Quien la ve no puede negar tampoco, la influencia de Spielberg en todo esto: una especie de cita implícita en todo a Taken, Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, y hasta de Stargate, si se quiere. Pero sin dudas tanta mezcla resulta demasiado catastrófica e irrisoria por momentos.
Es un film “para un viernes por la noche”, con sus buenos sustos y ciertos momentos remarcables que conviven con otros que no lo son. La película recae en una especie de retroalimentación, al superponer la acción “real” con la ficcionalización, convirtiéndose en una victima de la veracidad que pretende demostrar.
Olatunde Osunsanmi, director y escritor del film, se esfuerza demasiado en recordarnos la realidad de todo, dando como resultado un producto más ficcional de lo que es, subestimando al espectador. Milla Jovovich luce tan magnética como siempre y bastante alejada de sus roles de heroína de acción para comprometerse en un rol mas dramático, así como el siempre interesante Elias Koteas en su limitado papel secundario .Lo cierto es que al final del día comprende que para los films de terror psicológicos que buscan cierta veracidad menos es más.
¿Lo peor? Se esfuerza demasiado en aparentar ser real resultando en una redundancia que quita ritmo al relato en sí. Por momentos es insoportable lo sobreactuado de la actriz que representa a la “verdadera” Abigail Tyler, (Charlotte Milchard) quien parece un extraterrestre de carne y hueso, entre la piel pálida y ojos saltones. Eso y que los ET hablen sumerio.
¿Lo mejor?
Las recreaciones de las sesiones psicológicas a pantalla dividida, muestra que incluso de la redundancia puede salir algo positivo, como incluso que los “extras” actúen mejor que los actores, y nos hace recordar nuevamente lo mucho que importa la edición de sonido en los films de terror “psicológico”, para mantenernos al borde del asiento.