Punto notable de la "Quincena de los realizadores del festival" de Cannes pasado, con la escencia del film Cuenta Conmigo, y la suma del estilo de cine Oriental por un lado y Francès por el otro, este film se ha convertido en un must del festival, pues ha agotado las tres proyecciones que de él se hacian. Sin embargo conviene advertir tanto a los amantes del cine francès y del cine japones por igual sobre la temporalidad que maneja y el estilo de la representación, pues podría calificarse como un film francés que cuenta una historia japonesa o un film japones que cuenta una historia en la que se habla en francés. Es un claro exponente del cine naturalista al mejor estilo Rohmer que nos cuenta la historia de la amistad de estas dos niñas provenientes de hogares fragmentados. Yuki, cuyos padres estan a punto de divorciarse y pronta a irse a vivir a japón con su madre. Nina vive con su madre pero pasa sus veranos en la casa de su padre en las afueras de París.Ambas encontraran una forma de mantener su amistad intacta mas allá de la vida (y los problemas) de los adultos. Pese al naturalismo propio de cierto cine francés y compartido en parte por el cine oriental, el realismo mágico propio de la cultura nipóna tambien tiene su lugar en el film, y es que además de tener claramente dos realizadores: Nobuhiro Suwa (japonès) y Hippolyte Girardot (Francès), el film podría dividirse en dos partes bien claras, una francesa y la otra japonesa. Una mas realista y la otra más metafórica. Las niñas protagonistas son adorables, y esperemos que cual Jean Pierre Leaud de Los 400 Golpes, mantengan su estrella en el cine francés o nipon. Yuki (Noë Sampy) es tan entrañable que parece la version carne y hueso de Heidi, y Nina (Arielle Moutel) una version en miniatura de Julie Delpy. Lo cierto es que los niños suelen robarse la atención en las películas, especialmente en relación a los adultos, actores profesionales que se esfuerzan, pero por mas que lo intenten, todos sabemos que esta es la película de Yuki y Nina, de Japón y Francia. La película mas adorable del Bafici pero sobre la que estan más que advertidos si detestan los tiempos prolongados, el naturlalismo, y sobre todo el realismo mágico oriental.
Confesiones de mentes peligrosas Hombres De Mente es el título poco afortunado con el que bautizaron a Men who stare at goats, algo así como “El hombre que mira a las cabras” y es una lástima porque las cabras son personajes importantes de este film, después de todo ellas comparten cartel con George Clooney, Jeff Bridges, Kevin Spacey y Ewan Mc Gregor.(así como leen). Ciertamente una buena parte de los gags de esta delirante comedia sobre el ejército americano, recaen sobre los pacíficos cuadrúpedos que se vuelven una anécdota para dar pie a una de las comedias mas ácidas del año. Parodia lisérgica, con delirio new age de por medio, sobre la guerra de Irak y los entrenamientos militares “ultra secretos” manejados por el gobierno norteamericano. Un film con reminiscencias de Top Secret, o Dr. Strangelove pero con una mirada actual e indudablemente influenciada por las comedias de los hermanos Cohen. Sin embargo este film no esta dirigido ni escrito por los Cohen y se nota: la comedia ligera que plantea no cierra la cuestión ideológica que pretende criticar. Los momentos tragicómicos, se pierden en un desfile de personajes ex -hippies, ex –militares y punch-lines bastante obvios, desperdiciando momentos que los Cohen, con Jeff Bridges interpretando a “Bill Django” en un personaje muy cercano al Gran Lebowsky, y que daba para más, no hubieran dejado que ocurriera. Ewan Mc Gregor, con esa sobreactuación y entonación que lo caracteriza, excelente para hacerse el “cándido”, pasando de loser adorable a tonto molesto, es el reportero encargado de narrar y cohesionar la historia detrás de estos soldados jedi, (no por nada lo contrataron a Obi Wan para el papel) y ser el segundo de un fantástico George Clooney; quien se hace adorar más cuando mira cabras que cuando anda con azafatas. Y finalmente el gran Kevin Spacey se luce como siempre en un papel antagonista súper-bizarro, que igualmente resalta pese al nivel de demencia que abunda en el film. Como se mencionó anteriormente los gags son un tanto obvios (muchos alrededor de la guerra de las galaxias) pero la mayoría de las veces terminan por sacar una sonrisa al espectador, que no puede creer el nivel de locura de una comedia surgida de un hecho efectiva y bizarramente real: el uso del presupuesto de seguridad que Estados Unidos en relación a los usos de sustancias químicas (LSD y otras drogas varias) así como la investigación en sucesos “paranormales” para entrenar a los “soldados del mañana”. ¿Que hubiese pasado si los hermanos Cohen hubiesen dirigido este film?… hubiese sido algo memorable porque el reparto estaba y la idea bizarra también. Si bien el enfoque crítico sobre la guerra y los Estados Unidos se quedó a mitad de camino, igualmente resultó esta comedia ligera (no por eso tonta), cínica, divertida y paródica. Excelente para delirar y reírse un buen rato, verlo a George Clooney hacer el tonto con una cabra, y a otros tremendos animales de la actuación (y no lo digo por la cabra que también se luce) hacer una comedia bastante ácida, de las pocas y escasas que se suelen ver en Hollywood. Lo mejor: Bill Django (Jeff Bridges) y las actividades secretas mantenidas por los soldados jedi en el pasado (con cabras incluidas). Lo peor: la tragicomedia y los momentos dramáticos que no se amalgaman tan bien y le quitan ritmo al film.
Lechuzas aliens que hablan en sumerio Desde aquel mítico programa radial de “La guerra de los Mundos” donde Orson Welles adaptaba a Wells, nadie puede (o debería) creer que algo que salga en un medio de difusión y tenga el mote de “verdadero” o “real”, lo sea, menos si de extraterrestres se trata. Lo único verdadero en La cuarta fase, es la ficción y ni siquiera la bellísima Milla Jovovich diciendo que “esta basado en hechos reales” puede hacer que creamos en la veracidad de este film. Contactos del cuarto tipo es un film que se circunscribe al género de terror psicológico filmado como si de cámaras de video se tratara, con una innegable reminiscencia a Rec, Actividad Paranormal, El proyecto Blairwitch, y Distrito 9, entre tantas otras. La película relata, por duplicado, la historia de la psicóloga Abigail Tyler y de cómo descubre a través de la hipnoterapia, que sus trastornados pacientes reciben por las noches, ciertas visitas inesperadas del tipo alíen en la comodidad de sus habitaciones. Paralelo a esto, la psicóloga debe enfrentar sus demonios personales y sacar adelante a su problemática familia en un pueblito de Alaska, llamado Nome. Es un film que cumple con el objetivo de inquietar y asustar sobre todo a aquellos fanáticos de los Expedientes X. Quien la ve no puede negar tampoco, la influencia de Spielberg en todo esto: una especie de cita implícita en todo a Taken, Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, y hasta de Stargate, si se quiere. Pero sin dudas tanta mezcla resulta demasiado catastrófica e irrisoria por momentos. Es un film “para un viernes por la noche”, con sus buenos sustos y ciertos momentos remarcables que conviven con otros que no lo son. La película recae en una especie de retroalimentación, al superponer la acción “real” con la ficcionalización, convirtiéndose en una victima de la veracidad que pretende demostrar. Olatunde Osunsanmi, director y escritor del film, se esfuerza demasiado en recordarnos la realidad de todo, dando como resultado un producto más ficcional de lo que es, subestimando al espectador. Milla Jovovich luce tan magnética como siempre y bastante alejada de sus roles de heroína de acción para comprometerse en un rol mas dramático, así como el siempre interesante Elias Koteas en su limitado papel secundario .Lo cierto es que al final del día comprende que para los films de terror psicológicos que buscan cierta veracidad menos es más. ¿Lo peor? Se esfuerza demasiado en aparentar ser real resultando en una redundancia que quita ritmo al relato en sí. Por momentos es insoportable lo sobreactuado de la actriz que representa a la “verdadera” Abigail Tyler, (Charlotte Milchard) quien parece un extraterrestre de carne y hueso, entre la piel pálida y ojos saltones. Eso y que los ET hablen sumerio. ¿Lo mejor? Las recreaciones de las sesiones psicológicas a pantalla dividida, muestra que incluso de la redundancia puede salir algo positivo, como incluso que los “extras” actúen mejor que los actores, y nos hace recordar nuevamente lo mucho que importa la edición de sonido en los films de terror “psicológico”, para mantenernos al borde del asiento.