En el 2000 Steven Soderberg se llevó el premio Oscar a la Mejor Dirección por su trabajo realizado en "Traffic", una cinta dramática con un gran elenco y con un relato basado en la relación entre las drogas y la política. Aquí, contando una historia totalmente distinta, pero manteniendo la soberbia elección de los actores y el realismo, se logró llevar adelante un argumento que presenta muchos puntos de vista sobre un mismo hecho y que, en especial, se convierte en una verosímil narración por la intensidad de cada uno de sus pasajes.