Contagio

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

¿Y ahora quién podrá salvarnos?

n virus que se multiplica en todo el mundo a pasos agigantados sirve para un entretenimiento sostenido.

Steven Soderbergh es de esos realizadores que son capaces de sacarle agua a las piedras, con el tema que sea. Ducho tanto con una biografía del Che Guevara como con una trama de intriga y humor, como la saga de ladrones capitaneados por George Clooney, el director de sexo, mentiras y video toma la locura generalizada por la aparición de un virus que está contagiando de manera impresinante a seres en todo el planeta, y sabe cómo imprimirle el ritmo para que el relato no decaiga nunca. Y eso que tenía vericuetos por donde trastabillar.

La culpa de que el virus ingrese a los Estados Unidos la tiene la linda de Gwyneth Paltrow. Regresando de un trabajo por Oriente, donde en un casino se contagia sin saberlo, hace una escala no prevista en Chicago para serle infiel a su marido (Matt Damon) y esparce el virus que sólo Dios sabe quién podrá detenerlo.

Porque las medidas de seguridad del Gobierno no alcanzan, nadie sabe a ciencia cierta -nunca mejor utilizado el término- cómo neutralizarlo, y cuando las empresas farmacéuticas ven allí la panacea, con lo cual se harían millonarios, todo entra en duda.

Soderbergh cuestiona un poquito a todo el mundo a la hora de endilgar responsabilidades, sin olvidarse de un periodista -se sabe: los periodistas somos los culpables de todo- que cuando en un diario en San Francisco no le dejan publicar lo que cree va a estallar, se dedica a mentir desde su blog y volverse, claro, millonario.

Son muchísimos los temas por los que Contagio sobevuela sin profundizar prácticamente en ninguno. Y no son menos los actores de renombre que participaron del filme. A los mencionados súmenle Kate Winslet, Laurence Fishburne, Jude Law y Marion Cotillard, y no se cansarán de ver estrellas en la pantalla, mientras niños se mueren, la mugre se acumula en las calles y algo parecido a la solidaridad pasa a ser el bien más (o menos, según el caso) preciado.

Lo que es indudable es que al salir del cine uno antes de agarrar el pasamanos en el colectivo o el subte, lo pensará dos veces. No servirá como campaña de salud pública, pero Contagio , a la larga, tiene sus beneficios...